Cali, diciembre 7 de 2025. Actualizado: sábado, diciembre 6, 2025 00:04
60 años de Occidente: Un Diario resiliente
Me llena de emoción saberme columnista de Diario Occidente. Es mucho lo que podemos reivindicar de este medio de comunicación cuyas seis décadas de historia han sido determinantes en el devenir de nuestra Región y cuyos hitos han incidido en las memorias que como vallecaucanos podemos recopilar de lo que hemos sido, somos y seremos.
Para empezar quiero decir que aunque el aniversario de un medio de comunicación siempre será una victoria sobre cualquier asomo de extinción del ejercicio informativo; éste, el aniversario número 60 de Diario Occidente, representa una proeza.
Junto al ejercicio de sobrevivencia de Diario Occidente triunfan las apuestas disruptivas e innovadoras que emprendieron sus accionistas, equipo directivo y colaboradores, sobre los esquemas tradicionales de los que ellos, con una valentía muchas veces incomprendida, supieron establecer distancia.
La decisión por ejemplo de convertirlo en el primer Diario gratuito de Colombia, y desmarcarse de aquellas tendencias editoriales orientadas a clases altas o privilegiadamente educadas, constituyó un hito en la intención de apuntar a segmentos poblacionales diversos, que de entrada determinaron un admirable e inspirador propósito de formación de públicos para dejar una huella de transformación en quienes consumen sus contenidos.
Tenderos, emprendedores y comerciantes vieron en las nuevas estrategias que llegaron superada la década de los años 90, estrategias de segmentación muy bien articuladas con eventos de acompañamiento y de formación para sus nuevos nichos de mercado: un valor agregado que democratizó el rol de Diario Occidente y su impacto social.
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Diario Occidente nació el 19 de noviembre de 1961, tras la visión de Álvaro H. Caicedo y Luis E Palacios de crear para la Región, un periódico que fuera abierto a los distintos pensamientos políticos, a la democracia y al desarrollo económico del País. A lo largo de sus 60 años de palpitar, el Diario ha vivido alegrías tremendas y golpes llenos de aprendizajes. Ejerció por ejemplo, una incidencia tremenda para realización de los VI Juegos Panamericanos de 1971. El apoyo a la postulación y posterior otorgamiento de la sede del certamen para Cali, cuando estaban postuladas ciudades americanas de la importancia de Winnipeg en Canadá, fue considerada por muchos como una “hazaña”, luego que el periódico lograra movilizar a las fuerzas vivas de la ciudad para su obtención. Ese año la casa periodística sorprendió con la publicación de un cuadernillo especial en español y en inglés sobre los juegos.
La década de los 80 fue una época difícil para esta casa periodística, comenzaron los problemas económicos y la amenaza del narcotráfico se cernió sobre el diario en su antigua sede en la Calle 12 en Cali Colombia. Occidente, como lo dijo su fundador, fue el primero y más aguerrido denunciante del narcotráfico en esa época, lo que desencadenó en la muerte del entonces subdirector del periódico Raúl Echavarría Barrientos en el año 1986, asesinado por narcotraficantes. Con el luto, la crisis económica y las gotas amargas de los episodios que sobrevinieron al fin del siglo, vino una época también de transformaciones profundas que convirtieron la adversidad en oportunidad. Un momento de la historia, que entrados los primeros años del nuevo milenio, supo leer muy bien su nueva directora Rosa María Agudelo, una mujer admirable cuyo rol en la reinvención del nuevo modelo de negocio de la casa editorial fue y sigue siendo impresionante.
Las novedades no sólo tuvieron que ver con el cambio de administración y de propietarios, ante la llegada de la familia Oliveira, sino con las profundas transformaciones tecnológicas que vivió el diario. Desde hace 3 lustros ya, -léase bien, 15 años- Diario Occidente emprendió una maratón digital entendiendo que era el internet, esa herramienta que lo llevaría más lejos y a más ojos. Haber sembrado de manera tan enfocada en la virtualidad, permitió que en plena pandemia esta casa editorial cosechara. Esto, sumado a las conversaciones y relaciones afectivas con ciudadanos de todas las orillas posibles, hizo que su equipo hoy tenga una posición privilegiada para tender puentes en la actual coyuntura y recomponer el rumbo que nuestra sociedad necesita en medio de tantas fracturas.
Es odioso mencionar personas cuando hoy merecen los apapachos, absolutamente todos los miembros de esa familia que integran además del equipo periodístico, los integrantes del personal técnico, administrativo, de producción, distribuidores en territorio y colaboradores. Sin embargo, quiero hacer público mi agradecimiento a Rosita, su ya mencionada Gerente-Directora, sin duda una mujer de gran incidencia en mis inicios profesionales como periodista y de cuya calidad humana e inteligencia emocional siempre se aprende; a Alexandra Delgado, una de las periodistas más comprometidas y leales que he conocido y a Mauricio Ríos, uno de los editores políticos más agudos con lo que cuenta este País. Los tres, han hecho lo inimaginable por preservar el legado de uno de los medios más queridos de esta tierra, quizás porque podemos decir sin equivocarnos que es un medio de comunicación que contra todos los pronósticos, y aún pasando por todas las tempestades, Occidente ha sido como nuestra gente: Un diario resiliente!
