Deuda externa insostenible

Mario Germán Fernández De Soto

La deuda externa de Colombia ya asciende a más de $187.000 millones de dólares, lo que debe ser materia de preocupación de las autoridades económicas.

Cada gobierno endeuda más a la nación porque al final del día corresponde a obligaciones que asumimos todos los colombianos que de una u otra manera afectan nuestro bolsillo.

El tesoro nacional carece de capacidad para generar un ahorro interno para financiar su crecimiento económico, obligándose a adquirir un mayor endeudamiento para hacer frente a todas y cada una de sus responsabilidades sociales.

Tal cifra representa hoy el 54% del PIB, cuya consecuencia es el alto crecimiento de los niveles de deuda pública y privada, mayores recursos destinados al pago de la deuda y menor capacidad para la inversión directa nacional en requerimientos básicos para el bienestar social en materia de infraestructura, salud, educación y promoción social.

La pública alcanzó los USD 106.499 millones mientras que la privada es de USD 80.513 millones, según los datos del Banco de la República, lo que constituye un penoso récord de obligaciones adquiridas por el Estado.

Los resultados serán funestos para las finanzas domésticas, puesto que cada vez más se crea un desequilibrio económico y en el largo plazo se convierte en un compromiso cada vez más difícil de amortizar.

Pienso que el emisor debe impedir el endeudamiento ilimitado y el gobierno nacional implementar alternativas de recursos frescos para ejecutar sus planes y programas.

Es la hora de una política pública que estimule el aparato económico nacional elevando la inversión privada y estructurando un programa de generación de riqueza que impacte a los distintos grupos poblacionales y regiones, por cuanto no se puede poner en riesgo la sostenibilidad fiscal de la nación.

Creo que el endeudamiento externo no puede seguir siendo la principal fuente de financiamiento porque más temprano que tarde afectará los flujos necesarios para el apalancamiento de la estructura del Estado.

No se puede llegar a la insolvencia.