Cali, octubre 18 de 2025. Actualizado: viernes, octubre 17, 2025 23:59
El resentimiento
En los últimos días se habla mucho del resentimiento que afecta a muchos colombianos a raíz del gobierno de Gustavo Petro, cuya calificación es mayoritariamente negativa.
Muchos se preguntan porqué todavía hay colombianos que le creen pese al daño que causa como lo causó siendo alcalde de Bogotá y a las sandeces y amenazas permanentes que dice casi todos los días.
Tal pareciera que a esos resentidos poco les importa el país y quisieran verlo como Petro se lo imaginó siempre: decrecido, caótico y peligroso.
El filósofo Adam Smith en su “Teoría de los sentimientos morales”, asegura que el resentimiento “es un sentimiento de frustración y acritud provocado por una determinada posición social y, en general, tiene una connotación negativa” (>pasión antisocial>, el gran veneno de la felicidad.)
Igualmente, vale mencionar a Nietzsche, quién afirmaba que el “resentimiento es la reacción interiorizada de impotencia en una sociedad opresiva en la que uno no ha tenido éxito.”
Cuando se dialoga con gente que no es de izquierda pero defienden a Petro, se da cuenta uno que Smith y Nietzsche tenían la razón.
Existe gente que se queja de porque unos se jubilaron y otros no. Entonces consideran a Petro como su salvador lo que no se puede por problemas financieros y por violación de la Ley, salvo que ello sea una promesa populista, pensando en echarle mano a los ahorros de los que cotizan durante años en Colpensiones o en fondos privados.
Otros afirman que no pudieron estudiar por provenir de hogares pobres y Petro prometió educación a manos llenas.
Sin embargo, acabó con el Icetex dejando colgados de la brocha a muchos jóvenes sin recursos. además, se dedicó a destilar odio contra las universidades privadas, por ser de ricos.
Otros han perdido sus ahorros para tener casa VIS solo porque si, sin derecho a patalear.
Son muchos los renglones sociales que el actual gobierno vetó con la narrativa perversa que fue el gobierno anterior el que se “robó” la plata, sin presentar pruebas contundentes.
En fin, solo queda esperar que nos depara el futuro. Como dijo un pensador: “El resentimiento es como beber veneno y esperar que la otra persona muera.”
Afortunadamente, muchos se arrepintieron, sobre todo por ver cuál iba a ser el cambio prometido pero, se dieron cuenta que el país empeoró.