Cali, agosto 22 de 2025. Actualizado: jueves, agosto 21, 2025 23:19
El tiro por la culata
Con la misma precisión estúpida conque las armas hechizas en vez de disparar la bala por el cañón les reventaban la culata, al gobernante le ha resultado un chasco su equivocación de suspender la búsqueda y exploración de gas en las entrañas de la patria.
Pretendían buscar, y nos lo dijo en todos los tonos la inefable Irene y su vocero el mandatario, que Colombia se convirtiera en el estandarte de la batalla por la transición energética.
Las argumentaciones de que somos un país en desarrollo, de que la medida podría resultarnos muy costosa y que primero se nos acabaría el gas antes de tener un sustituto, fueron en vano.
La medida, pomposamente alharaqueada por los ambientalistas suicidas y por los zurdos que se quedaron huérfanos después de la caída del muro de Berlín, se impuso y trajo las consecuencias inmediatas de la estampida de las compañías exploradoras y explotadoras de gas y hoy en día un panorama tan estúpidamente correcto como el que motivó a Irene y compañía a decretarlo: estamos sustituyendo el gas por el carbón, ese si nefasto contaminador del ambiente, para poder mover las fundamentales termoeléctricas productoras de energía en épocas de sequía, las fábricas de cemento y en breve las siderúrgicas.
En palabras que entiende todo campesino que no haya estudiado Filosofía en Dinamarca o Economía en el Externado: por ponerle Maria Ramos, le pusimos La Cagamos.
Se impulsó el uso del carbón que contamina más que la quema de gas natural, y lo que puede ser peor ,tiramos al tumbo de la basura la convertibilidad eléctrica, nos quedamos sin divisas y el triple de las que presumiblemente ahorrábamos se fueron para comprar gas importado.
Exactamente les salió el tiro por la culata. Con la plata del gas y del petróleo podríamos financiar la producción eléctrica eólica o nuclear, pero sin gas y sin petróleo al futuro vea a donde nos hicieron llegar: ¡volvimos a quemar carbón!