Cali, noviembre 2 de 2025. Actualizado: sábado, noviembre 1, 2025 08:46
¿La educación superior en crisis?
La educación en nuestro país no solo se debe enfrentar a los desafíos de la empleabilidad, el dinero fácil con grupos criminales y la falta de motivación; sino que aquellos que quieren hacer las cosas bien deben superar múltiples límites: La falta de cupos; si no viven en ciudades capitales deben mudarse; y aquellos que no pueden entrar a una universidad pública por su puntaje del ICFES, (o la que tienen cerca no oferta su carrera de preferencia), deben acceder a créditos educativos que se están haciendo cada vez más difíciles de pagar.
Eso sin contar con el dinero que requieren para transportes, manutención, fotocopias, libros, etc.
Siempre he estado obsesionado con la educación. Estoy convencido de que ese es el vehículo para la movilidad social, superar el atraso y la violencia.
También creo firmemente en que la pobreza no es óbice para el éxito, que con empeño y dedicación se pueden abrir oportunidades.
No obstante, en Colombia están pasando situaciones que me preocupan de sobremanera para el presente y el futuro de miles de jóvenes.
Por supuesto, con iniciativas como la “matrícula cero”, sí se le está dando más oportunidades para que estudien de manera gratuita, pero hoy se benefician los que están en las instituciones de educación superior. ¿Qué pasa con los que están esperando por entrar? ¿Para cuándo se van a ampliar los cupos de ingreso?
Tampoco se ha visto un robustecimiento sólido de la infraestructura de estas universidades para poder recibir a más estudiantes.
Tal es el caso de la Universidad del Valle, sede Tuluá la cual, en dos audiencias públicas donde participé, el Gobierno se comprometió con entregar unos edificios y aún sigue sin ejecutarse.
Los estudiantes han expresado que a veces tienen que ver las clases sentados en el piso o no tienen espacio para comer.
Por el otro lado está la crisis que enfrenta el ICETEX. Un desfinanciamiento escalonado, con alzas a las tasas de interés y eliminación de subsidios que ha hecho hasta duplicar o triplicar la cuota para algunos usuarios.
Eso se hace insostenible para las familias de estratos 1, 2 y 3, que representan el 91,1% de los nuevos créditos.
Esto nos enfrenta a un panorama de carteras en mora, intereses y jóvenes con un historial crediticio en riesgo donde, en su futuro cercano, representará dificultades para comprar una casa o un vehículo con un crédito, es decir, movilidad social.
Esto es un panorama desafiante para el acceso, permanencia y graduación de nuestros jóvenes en la educación superior.
Estamos a un paso de vivir una deserción escolar sin precedentes, si los créditos de ICETEX no se estabilizan y/o los cupos en la educación superior realmente no compensen a todos los que no pueden pagar esas cuotas (tanto los que están estudiando y no podrían seguir, como los que apenas van a iniciar sus carreras).
No quiero ser fatalista, tengo la esperanza de la resiliencia de los colombianos que hoy están haciendo todo lo posible para sostener a sus hijos y terminar sus estudios.
Yo desde el Congreso estoy alzando la voz para que el Valle del Cauca y el país, no caiga en ese panorama; y para que se fomente, también, la formación técnica y tecnológica, y así más jóvenes culminen la educación superior en menor tiempo y respondiendo a las necesidades del mercado.
La educación sigue siendo la respuesta para que este país salga adelante. Solo con ella superamos la violencia y logramos avanzar.
Países como Corea y Japón lo apostaron todo por la educación y hoy son potencias en el mundo. Desde el Congreso los estudiantes tienen un Representante amigo, que seguirá trabajando porque puedan terminar sus estudios y transformen sus vidas.
