Cali, mayo 9 de 2025. Actualizado: viernes, mayo 9, 2025 16:10
La memoria de Álvaro Gómez
Estupor general ha causado la aceptación de las FARC como autores del magnicidio del líder conservador Álvaro Gómez Hurtado. Muchos recibimos con escepticismo y desconfianza esta confesión tardía por parte de los exguerrilleros. Durante años circularon otras hipótesis que atribuían el crimen a una alianza entre el narcotráfico y sectores del gobierno de entonces. Incluso, se llegó a señalar a unos supuestos militares golpistas. La familia de Gómez Hurtado fue la primera en manifestar sus dudas ante las declaraciones de los antiguos integrantes del secretariado. Lo cierto es que este giro en la investigación tiene hondas repercusiones políticas, confronta al país con la verdad y la memoria de uno de los colombianos más prominentes del siglo XX.
Si definitivamente fueron las FARC quienes cometieron este crimen, es algo que tendrán que corroborar los jueces de la república, quienes tienen el deber de actuar en forma contundente y ejemplar. El país merece conocer toda la verdad y pasar la página de este trágico episodio. Álvaro Gómez encarnaba para la izquierda radical el corazón del establecimiento, el espíritu reaccionario y un símbolo que concentraba todos los odios y frustraciones de los predicadores de la revolución. Era el heredero de una tradición política y quien fustigó con su retórica a las “repúblicas independientes” que a la postre darían origen a la guerrilla marxista. Acabando con Álvaro Gómez, las FARC cumplían dos objetivos: abatir a la figura más emblemática del establecimiento y dividir a la clase política, hacerla estallar por dentro mediante incesantes confrontaciones e incriminaciones.
Es una pena que el legado de Álvaro Gómez, su concepción del mundo, su talante conservador y su pensamiento político, se hayan desplazado ante las dilaciones judiciales y la cascada de pleitos políticos que desencadenó su muerte. Que sea esta la oportunidad para resarcir su vida y su obra. Que emerja la verdad y una lectura amplia y profunda, con sus luces y sombras, sobre la figura de un político íntegro, inteligente, culto y honorable como pocos.