Malecón del Río Cauca

Hace más de 70 años, Cali construyó en el borde del río Cauca un dique para prevenir inundaciones en las comunas del nororiente de la ciudad y el corregimiento de Navarro por presentar un alto riesgo de inundación.

Adicionalmente, como una medida complementaria, se implementó el programa de reasentamiento para proteger la vida y los bienes de sus habitantes.

Sin embargo, los resultados no han sido tan eficientes, dejando algunos retos por resolver, los cuales requieren de una transformación para esta zona de la ciudad, que debería ser aprovechada en la discusión del POT que se debe actualizar el próximo año. ¿El sueño? un malecón sobre el Jarillón del Río.

Por ejemplo, el Gran Malecón de Barranquilla, mide tan solo 9 kilómetros, pero se ha convertido en un atractivo turístico desde el cual los barranquilleros han explotado sus potencialidades gastronómicas, recreativas, económicas y turísticas, llegando a contar allí hasta con 110 mil visitantes por mes.

En Cali, se ha venido desarrollando la propuesta de desarrollar allí un Parque Lineal; sin embargo, podemos elevar la conversación y pensar en un gran proyecto que permita desarrollar un malecón para nuestra ciudad, que puede conectarse con proyectos en los que se viene avanzando, como la recuperación de la navegabilidad del Río Cauca y desarrollar en esos 26 kilómetros miradores, infraestructura deportiva, recreativa, cultural y hasta auditorios al aire libre para que talentos de la zona se presenten en ese espacio.

A su vez, este gran Malecón puede consolidarse como ese espacio que conlleve a la integración social, a la generación de más espacios ambientales que reduzcan las olas de calor de la ciudad y hasta nos permite imaginarnos nuevas posibilidades turísticas.

Poder llegar al Cauca vía marítima, y que propios y visitantes aprendan de su historia, relación con el Valle, formas de vivir y convertirnos como ciudad, en esos generadores del intercambio cultural.

Cali cuenta con dos condiciones que le dan viabilidad a este proyecto. Por un lado, la ciudad, en especial el oriente, tiene déficit de espacio público: 7,5 metros cuadrados por persona, por debajo de los 10 metros cuadrados recomendados a nivel mundial, lo que se traduce en escasez de parques, plazas, espacios deportivos para la recreación y el deporte.

Por otro lado, la ciudad cuenta con pocos espacios de atracción turística. A pesar de ser una ciudad con alto flujo de visitantes, Cali no tiene proyectos insignia en los que sea un referente a nivel nacional y mundial como sí lo tienen hoy otras ciudades en el país.

Transformar el Jarillón del Río, no solo impactará en la vida de los ciudadanos al promover la convivencia, recreación y cultura de los ahí asentados, sino también en su economía, pues este tipo de proyectos visionarios, potencian otros factores como el empleo, generando hasta 680 empleos directos e indirectos, aumentando el valor de la propiedad en áreas cercanas al corredor y lo más importante, salvando vidas al evitar que las re invasiones se generen en esta zona.

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