Cali, agosto 31 de 2024. Actualizado: sábado, agosto 31, 2024 09:55

Iván Cancino

Momentos

Iván Cancino

Debo admitir que siento nostalgia por la fotografía impresa. Ya nada es lo mismo cuando tienes la oportunidad de tomar 6 fotos del mismo momento esperando a ver el mejor ángulo o la mejor cara, en cambio antes tomabas una sola foto, una oportunidad para que todos quedaran bien o mal.

No niego que la fotografía digital abrió nuevos mundos y universos, que hasta un André Breton hubiera soñado con conocerla, explorarla y explotarla, pero para mí no tiene el mismo encanto que la fotografía análoga.

Hay dos partes en este razonamiento: el instante perdido en la perfección de la fotografía digital y la magia de los álbumes de fotos impresas, que mal que bien eran tema de conversación en las visitas de domingo o para recordar a los primos con los que solo convivimos unas vacaciones cuando éramos niños.

En el pasado, la fotografía impresa era la excusa para “ver cómo eras de niño”, de muchas citas amorosas o burlarse de las modas de otros tiempos. Ahora hay que visitar álbumes de Facebook o Instagram (teniendo en cuenta que máximo encuentras fotos de hace 10 años) para ver las fotos que la otra persona te quiere mostrar, porque ahora todo es elegido y reelegido, es decir el filtro es bastante amplio.

Antes el álbum quedaba con el rollo entero pegado porque nadie iba a desperdiciar una impresión.

Debo admitir que me gustan las “nuevas” cámaras instantáneas, es un poco recordar la magia de los rollos, sin tener que esperar el revelado, pero por lo mismo hace que uno solo tome una o dos fotos, además de que el tamaño es mucho más pequeño que el típico de postal.

A esto se suman las sorpresas que se presentaban cuando se revelaba el rollo, siempre había una idea de las fotos que se tomaban, pero verlas impresas, para bien o para mal, era otra experiencia.

Muchos papás se quejaban de no poder revelar los rollos por su costo, o que solo una persona fuera el fotógrafo para no desperdiciar los momentos.

En el derecho una fotografía antes servía como prueba fidedigna que retrataba el momento exacto para salvar o culpar a alguien, hoy en día también, pero debe ser revisada por expertos, la tecnología está a la mano de todos y cualquiera con pocos conocimientos puede retocar las pruebas y hacerlas parecer reales.

Cada vez que la tecnología avanza, el derecho debe ir a la par.

La verdad es que los momentos retratados en una fotografía eran mucho más divertidos impresos, tan solo por el detalle de que no había una preselección en ellos.

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miércoles 19 de octubre, 2022
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