#Perspectiva

Iván Cancino

Las ciudades se conocen desde adentro, en cambio los cuadros se aprecian mejor desde lejos, y ser abogado penalista tiene un poco de los dos.

Cada vez que voy en un avión y me asomo por la ventana, veo las ciudades como maquetas, debido a la distancia, y me dan ganas de ver todo en la vida con esa perspectiva, conocer los problemas de los demás desde lejos para ver todos los elementos que están involucrados y encontrar qué los une.

A veces es bueno tomar distancia para encontrar la objetividad, ver las situaciones de esta forma nos permite entender el todo. Para entender a los grandes oradores y pensadores de la humanidad es bueno entender bajo qué circunstancias, fecha, lugares, situaciones económicas, sociales y hasta culturales fue creado su discurso. Tener una perspectiva más amplia de las cosas nos permite ser más asertivos, más cognitivos, más humanos.

Creo que ser abogado penalista es un poco eso, tener una perspectiva frente a las situaciones, no centrarnos en el árbol, sino ver el bosque. Poder actuar con cabeza fría, no dejarse envolver de las situaciones, manejarlas como quien maneja una maqueta, o una ciudad de juguete.

No obstante, no puedo negar que para que esa perspectiva sea real se debe recorrer el caso por dentro, conocer los detalles de las personas que están involucradas, al igual que cualquier ciudad, perderse en las calles y ver todo desde la mirada de los demás, porque los ángulos son importantes, porque desde los ojos y mente es que entendamos una situación y así será más fácil afrontarla.

Es muy importante la sensación de control cuando se analiza un caso, pues, aunque haya sorpresas en el camino y este se vaya construyendo paso a paso, seguir los instintos, atar cabos, solo es posible si se conoce, se estudia y se aprende el caso.

Guardar distancia y ver todo de lejos, y luego acercarse a conocer los detalles, no importa el orden, pero llevar a cabo estos dos tipos de acercamientos es esencial para tener perspectiva y control sobre la situación.