Cali, enero 15 de 2025. Actualizado: martes, enero 14, 2025 22:18
Que el miedo no nos venza
En un artículo que leí de la Universidad Pedagógica Nacional se mencionaba que la educación encuentra su razón de ser en la enseñanza, la cultura, el aprendizaje y la formación.
La presencia de la tecnología puede llegar a mediar en estos procesos, pero en sí misma no va a resolver los problemas a los que se enfrenta la educación.
Sin embargo, la relación educación – tecnología se sitúa en un espacio muy especial; permite llegarle a las nuevas generaciones con contenidos y métodos más acordes con sus expectativas, genera mayores oportunidades de acceso educativo y favorece la flexibilización educativa para dosificar ritmos, horarios y tiempos de formación.
Desde la perspectiva de la formación, la tecnología no llega a llenar vacíos, sino a fortalecer prácticas pedagógicas y le permiten al docente incorporar a sus clases ambientes que exponen a los estudiantes a situaciones y problemas reales o simuladas de mayor pertinencia con las realidades y contextos objeto de cada disciplina de estudio.
El uso de la tecnología en la educación no se reduce a un elemento instrumental de manejo de equipos y software.
Implica la generación de conocimiento científico e incentivar la creatividad e innovación sin comprometer los procesos de desarrollo integral inherentes a las relaciones humanas inmersas en los procesos educativos.
Frente a esto, nos enfrentamos a dos retos: cómo educar en tecnología y cómo educar con la tecnología.
Como educadores el desafío será repensar nuestras prácticas pedagógicas e innovar en la manera como enseñamos y aprendemos, para ello es crucial entender que la tecnología debe integrarse de manera transversal en el currículo educativo.
Esto significa fomentar ambientes de aprendizajes activos y colaborativos, donde los estudiantes no solo consuman información, sino que participen en la creación de conocimiento.
A mis colegas educadores, les invito a no temer estos cambios, una transformación educativa es el camino para un mejor futuro.