Cali, diciembre 16 de 2025. Actualizado: lunes, diciembre 15, 2025 23:42

Recuperemos la ciudad, exijamos seguridad

Recuperemos la ciudad, exijamos seguridad

Juan Felipe Murgueitio

A raíz de mi columna pasada, alguien preguntó cómo puede un ciudadano exigir que los tomadores de decisiones públicas le presten atención a un tema, y le respondo sencillo: haciendo ‘bulla’.

Pero la bulla es colectiva, se logra uniendo a varios interesados, usando los canales institucionales, haciendo derechos de petición, llamando a emisoras, escribiendo a los medios, publicando en redes sociales, creciendo la bola.

No es fácil, pero los caleños tenemos mucho más poder del que sospechamos.

El problema es creernos el cuento. Y con esto en mente, aquí propongo que comencemos a hacer bulla sobre un valor público que se nos volvió más un privilegio que un derecho: la seguridad.

El vivir seguro es un servicio básico, cuya responsabilidad recae en el Estado y sus agentes. En teoría, deberíamos poder salir sin temor a ser víctimas de atraco, homicidio o secuestro. En teoría, debería haber suficientes oportunidades para que el hampa no fuese una alternativa viable para muchos jóvenes y adultos caleños.

Y aunque la teoría dista de la realidad, y es cierto que la situación histórica, cultural y socioeconómica de la ciudad es complicada, nuestros gobernantes no han sabido garantizar la seguridad de Cali.

Entre 2008 y 2011, la tasa de homicidios en la ciudad pasó de 69,9 a 81 por cada 100 mil habitantes. Posterior a esto, el presupuesto de inversión en el área de seguridad aumentó considerablemente, de $111.000 millones en 2012 a $240.000 millones en 2019, y se empezaron a ver algunos avances en esos años.

La mayor inversión permitió mejoras en infraestructura (cámaras de vigilancia, por ejemplo), capacitación a uniformados y despliegue de operativos y estrategias (puntos críticos y prevención situacional, por mencionar algunos).

Pero no fue suficiente, y cuando lo lógico era un cambio de estrategia o una inversión aún más focalizada, a partir de 2020 disminuyó el gasto.

Y lo que es aún más grave, desmejoró la ejecución presupuestal.

Opiniones expertas recomiendan una inversión de al menos $160.000 millones de pesos anuales en seguridad, muy lejos de los $79.000 y $50.000 con los que ha contado la ciudad en los últimos dos años.

Si tenemos en cuenta que la ejecución en 2020 fue apenas del 47%, tenemos aún más razones para preocuparnos.

La realidad en las calles de la ciudad es coherente con la falta de despliegue y de herramientas con las que cuentan quienes deben protegernos. Y no es solo un tema local, o de gestión administrativa distrital: Cali no tiene suficientes policías.

De hecho, en 2017 teníamos más efectivos por cada 100 mil habitantes que en la actualidad, pasando de 314 a 269 en 2022, cuando la media de países miembro de la ONU es de 300.

Todo lo anterior para decir que el servicio público de seguridad en Cali, que es deficiente, no tiene una solución sencilla, sobre todo si no se organiza un modelo de monitoreo, alerta y exigencia ciudadana para exigir que la seguridad sea prioridad de todos los actores involucrados en la ciudad.

Cada barrio y cada comuna puede organizarse para identificar dónde están las situaciones más críticas, para luego informar a las autoridades y exigir medidas efectivas.

Para lograr esto están las vías institucionales como los oficios a las autoridades y las juntas de acción comunal y local, pero también están los caminos de opinión pública como las mencionadas redes, medios de comunicación y manifestaciones públicas (pacíficas).

La ciudadanía puede exigir medidas en sus zonas, pero también debe acompañar esto con peticiones de orden general, a nivel ciudad.

Se puede solicitar una socialización de la estrategia de seguridad distrital, con el fin de revisar resultados y convocar expertos para hacer recomendaciones.

Como caleños hemos manifestado ya la inconformidad con el nivel de inseguridad actual, pero tenemos la oportunidad y el deber de pedir acciones concretas que garanticen nuestros derechos.

Cali se merece una ciudadanía en la jugada; y con la seguridad tenemos el primer y quizás mayor reto actualmente, porque sin seguridad no hay paz, ni inversión externa, ni empresas nuevas, ni oportunidades distintas.

Recuperemos la ciudad, exijamos seguridad.

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viernes 2 de septiembre, 2022
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