Cali, diciembre 28 de 2024. Actualizado: sábado, diciembre 28, 2024 01:11
Sara
Desde hace poco más de 4 años mi familia está conformada por Dani y nuestras perritas: Sara, Lilo y Arya.
Hoy el debate sobre el lugar que ocupan las mascotas en las familias es extenso, en nuestro caso, ellas son un miembro tan importante como cualquiera de los 5 en nuestro hogar.
Desde hace unos meses Sarita venía afrontando problemas cardiacos, por su edad, el corazón le había aumentado significativamente de tamaño y llegaba al punto de obstruirle la respiración.
A pesar de que desde que fue diagnosticada como paciente cardiópata le suministramos las medicinas y tratamientos necesarios, el pasado 3 de diciembre Sarita tuvo un episodio del cual no se pudo recuperar y nos dejó.
El vacío que ella ha dejado en nuestras vidas es indescriptible.
De mis familiares o personas cercanas, hasta el momento solo han fallecido mis dos abuelos (con quienes no tenía un relación muy cercana) y una de mis abuelas.
Con mi abuela si tenía una relación muy estrecha, básicamente fue la principal patrocinadora de mi biblioteca y al ser una lectora empedernida encontrábamos un punto de conexión en los libros.
Hace ya dos años que ella nos dejó y a pesar de que dolió mucho, no se compara con la ausencia de Sarita.
Creo que una de las principales causas de tristeza es que Sara estaba en nuestra cotidianidad, siempre que alguien entraba el cuarto, estando ella en la cama, se ponía boca arriba para que le diéramos besos o desde que llegó a la vida Dani, siempre dormía pegada a ella.
Cuando Sara me conoció no me quería porque yo era el motivo de que Dani durmiera fuera de su casa, lejos de ella.
Era tan poco lo que me quería que cada vez que yo llegaba a la casa de Dani, ella se escondía para no saludarme.
Sin embargo, con el tiempo, nos amamos y hasta dormía junto a mí a veces.
A pesar de que me duela mucho, sé que no me duele como a Dani, esas conexiones tan profundas, la de ellas dos (como la que tengo con Lilo) no se desarrollan con todos.
Y es que es muy difícil asimilar la ausencia de un ser que no hacía nada diferente a darnos amor y a quien aún seguimos mencionando como si estuviera en casa esperándonos.
En algún momento de mi vida, donde no veía la luz al final del túnel, Lilo era mi compañía y soporte y alguna vez le escribí un microcuento (cortas frases que relatan historias): Tras escuchar su primer ladrido, supe que jamás estaría solo.
Hoy debo decir que tras escuchar su último ladrido (el de Sara), jamás pensé que sería eterno.
En el cielo, en la tierra o en cualquier lugar siempre seremos una familia y algún día cruzaremos juntos el puente del arcoíris.
Te amamos y extrañamos profundamente.