Cali, junio 25 de 2025. Actualizado: miércoles, junio 25, 2025 16:14
Susurros tras el último beat
Viernes y sábados, cuando el reloj se aproxima a las 3 a.m.—un instante antagónico a la hora en que murió Cristo en la Cruz—, le indico al DJ de LadiesNight que baje el volumen.
No lo hago, por supuesto, porque en ese momento se descorra el velo entre el mundo de los vivos y el de los muertos, sino porque se aproxima la “Hora Zanahoria”, el límite legal hasta el cual pueden operar los establecimientos nocturnos en Cali.
Y como el club está completamente insonorizado, adentro el silencio se siente.
En ese instante me invade una delicada sensación, provocada por el abrumador silencio que irrumpe. Es un efecto tan deleitable como disfrutar el primer sorbo de café en la mañana, o sentir el agua caliente correr sobre mi cuello.
Y es justo en ese momento cuando comprendo que, si es en el ruido donde nos distraemos, es en el silencio donde nos descubrimos. Pero también donde nos confrontamos… Por eso muchos le temen y les incomoda.
Vivimos en la cultura del ruido, una sociedad donde se grita y se comparte, pero pocas veces se escucha, ya que para escuchar de verdad se necesita silencio.
Vivimos una era en la que necesitamos música para ejercitarnos, ruido blanco para dormir, e incluso televisores encendidos para que la casa no se sienta sola. ¡El silencio está en vía de extinción!
Marco Aurelio, uno de los principales representantes del estoicismo, aconsejaba abrazar el silencio; consejo que, si lo seguimos, podría hacernos merecedores del calificativo de subversivos.
“Guardemos silencio para poder oír el susurro de los dioses” escribió Emerson, algo que me encanta… a las 3:00 a.m.