Cali, mayo 9 de 2025. Actualizado: viernes, mayo 9, 2025 20:05

Rodrigo F. Chois

Tres días de abstinencia

Rodrigo F. Chois

Dos cosas que a los hombres nos cuestan demasiado: la primera es pedir indicaciones cuando estamos perdidos, y la segunda, programar un examen médico cuando se trata de nuestra próstata.

La primera me ha costado horas dando vueltas como un borrico frente al volante; eso sí, con mi orgullo masculino intacto.

La segunda es más compleja, aunque se trata de un chequeo tan importante como el mismísimo cumpleaños de nuestra pareja.

Y para colmo, no es uno sino dos exámenes: el del tacto rectal, que permite detectar irregularidades físicas en la próstata, y el del antígeno prostático, un simple pinchazo para medir en la sangre los niveles del antígeno específico y prevenir el cáncer.

El primero, por fortuna, dura lo que un parpadeo… y bueno, todo vuelve a la normalidad, casi.

El segundo, además de la aguja —que nunca deja de imponer respeto—, implica una abstinencia de tres días de esas actividades que más disfrutamos muchos hombres: no montar en moto, no hacer ejercicio fuerte, y —la más dura de toda — no entregarnos a batallas de amor ni con la o las prójimas… ni con uno mismo, por mucho amor propio que uno se profese.

Huelga decir que estos dos exámenes son complementarios: uno no sustituye al otro. Ambos son importantísimos, sobre todo si ya estamos por encima de los cincuenta.

Por eso, si perteneces a este selecto grupo de machos bravíos y ya te hiciste sendos exámenes, te felicito. Si no, ¿Qué esperas para agendarlos? Los tres días de dura y curtida abstinencia se pasan volando, pero tu próstata —y sobre todo tu familia— te lo van a agradecer.

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miércoles 7 de mayo, 2025
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