Cali, octubre 23 de 2025. Actualizado: miércoles, octubre 22, 2025 23:50

María Sol Navia

Un Nobel merecido

María Sol Navia V

El nobel de paz entregado a María Corina Machado es un justo reconocimiento a una mujer muy valiente que no se amilanó frente a amenazas ni acciones en su contra e injustos y arbitrarios tratos a sus seguidores, siempre atenta a apoyarlos y defenderlos, honesta, íntegra, que está luchando sin descanso por su país y de alguna manera por las democracias amenazadas por autoritarismos y dictaduras socialistas como Venezuela y Nicaragua.

Su liderazgo ha trascendido al mundo y ahora exaltado con este galardón adquiere una dimensión global inmensamente honrosa y no como la que ha aspirado Petro sin merecimientos, sino con el odio que esparce, las mentiras permanentes, los gazapos y errores que trasmite con total ignorancia y cinismo, los ataques groseros y violentos contra quienes no se inclinan a sus absurdas e insensatas pretensiones.

María Corina lleva una lucha aguerrida hace varios años por lograr recuperar la democracia de su país, por los derechos humanos de todos los perseguidos y presos políticos, sometidos a atroces vejámenes y torturas aprendidos por el régimen de sus maestros inhumanos cubanos.

Un liderazgo tan fuerte y constante como el de María Corina estamos necesitando con urgencia en Colombia.

Tener 104 candidatos presidenciales es una prueba de la ausencia de partidos y de fallas institucionales, así como de la falta de líderes fuertes, comprometidos, dispuestos a sacrificarse y luchar a fondo por el país, deponiendo sus egos y fantasías para lograr aportar todos juntos soluciones efectivas a la crisis que vivimos.

La situación que vive Colombia por causa del presidente es realmente angustiante: el país destrozado en muchos frentes: la salud, la educación, la movilidad, la inseguridad que provoca pánico, las finanzas nacionales totalmente agotadas, desequilibradas, la corrupción sobrepasó todos los límites, la desmoralización, desfinanciación y debilitamiento de las fuerzas armadas, el predominio de toda clase de grupos delincuenciales y el reconocimiento a los mismos como si fueran actores legales y lícitos, el ataque a las instituciones y a la justica, con un presidente que irrespeta y critica los fallos judiciales, en fin, por donde se analice y estudie el país estamos en un caos muy difícil de revertir.

Todo esto nos debe llevar a una profunda reflexión sobre el perfil de quien debe ser su reemplazo, y la necesidad de hacer un cambio constitucional que exija requisitos para ser presidente: de salud, de antecedentes, de preparación, para un país serio como queremos que sea Colombia y que no nos represente alguien cuestionado moral y éticamente, que no nos deje ante organismos internacionales en ridículo y vergüenza constantes, sino como un país que tiene una visión clara de cómo dirigir su destino para el bienestar de todos sus habitantes y así sí aportar al futuro que exige el mundo.

Depongamos los odios, y exijamos coherencia, honestidad y preparación a quienes pretenden regir nuestro destino.

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jueves 23 de octubre, 2025
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