Venus

Venus es un bellísimo corregimiento de Tuluá, hoy protagonista de un ambicioso proyecto de reconciliación. El pasado miércoles una asamblea campesina, de manera autónoma, determinó emprender un proceso productivo y comunitario junto a los exguerrilleros de las Farc.

Este lugar de la cordillera central hizo parte de la escenografía del conflicto armado del departamento en donde la guerrilla de las Farc se enfrentó con las fuerzas del Estado durante décadas, con dramáticas consecuencias humanitarias para los habitantes de estas martirizadas montañas.

Hace un par de meses estos valientes campesinos hicieron comparecer a los exguerrilleros para recriminarles por sus abusos y maltratos en los tiempos de la guerra; hicieron también lo propio con la fuerza pública reclamándoles, además, su conocida alianza, para entonces, con los grupos paramilitares que deslegitimaron el Estado al profanar con muerte y tristeza estas sagradas montañas.

El desenlace de estas jornadas fue absolutamente alentador: tanto los de las Farc como los altos oficiales de la Policía y el Ejército escucharon con atención y respeto a la comunidad.

Todos sentimos sinceridad, ánimo de reparación, y fue así: este proceso de reconciliación en Venus lo evidencia.

Los campesinos colombianos son las personas más generosas que hay sobre la tierra. Hoy reciben al Estado con la esperanza de que les cumplamos en su apuesta por la paz, y aceptan asociarse con las Farc para habilitar productivamente estas tierras. A pesar de las dificultades de la paz nacional, en estos territorios del Valle la paz echa raíces. Lo de Venus es una bocanada de oxígeno para seguir luchando junto al campesinado por la reconciliación nacional.

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