¡Y con esta, me despido!

Pero sólo de Acopi Valle… Seguiremos conectados con mi tierra desde lo económico, político, cultural o desde lo mejor: el Deportivo Cali.

Hablando con amigos del colegio, de la U o del Club San Fernando, el tema recurrente sobre la Cali es la ciudad del ayer. Y afirman de manera reiterada “Es que a Cali los políticos la dejaron desangrar”.

¡Qué debemos hacer algo, que se necesitan líderes con visión y se requieren mayores capacidades de sus habitantes, más cultura y menos bandidos! Se aclama de tinto en tinto, pola en pola o de copa en copa.

Si el deseo es hacer algo para Cali que nos permita lograr una ciudad parecida a la que en algún día vivimos, sintiéndonos orgullosos de ser y vivir en ella, debemos reconocer lo que hoy es la ciudad.

Una cultura diversa y desconectada a un ADN caleño. Heredando una cultura traqueta que nos dejó un lastre en el modo de pensar y vivir.

Y los anuncios continúan. ¡Que miremos a Medellín como sí pudo, que veamos ese empuje de los paisas, ellos si fueron capaces porque lograron unirse en favor de la sociedad! Mucha quejadera, mucho tinto, pola y hasta pandebonito, pero poca acción.

Entonces aquí dejo mi reflexión de estos primeros 9 meses luego de estar 25 años por fuera de la ciudad. ¡Simple! Cali tiene la experiencia de ser una ciudad cosmopolita, industrial, competitiva y de reconocimiento global. Resignificar el territorio, adaptar el modelo educativo a nuestra idiosincrasia y empoderemos a buenas personas para que lideren.

Por: José Roberto Álvarez

Comments