Sin compromiso de la Nación, el Valle pierde el tren

El Valle del Cauca sigue a la espera de una respuesta clara del Gobierno Nacional sobre el apoyo financiero al Tren de Cercanías, el proyecto de movilidad más importante del suroccidente del país.

Faltan pocos días para que venza el plazo del 8 de noviembre, cuando entrará en vigencia la Ley de Garantías que impedirá firmar el acuerdo de cofinanciación.

Si antes de esa fecha no se concreta el compromiso de la Nación para aportar el 70 % de los recursos, la obra quedará postergada y el esfuerzo técnico e institucional de más de una década podría perderse.

La Gobernación del Valle y la Alcaldía de Cali cumplieron su parte: estructuraron el proyecto, realizaron estudios y diseños, y garantizaron la porción regional de la inversión.

Lo único que falta es la decisión del Gobierno Nacional. El tren no es un capricho político, sino una necesidad regional que beneficiará a miles de personas y fortalecerá la competitividad del Valle.

Conectará Cali, Jamundí, Palmira y Yumbo, reducirá tiempos de desplazamiento, impulsará el empleo y hará de la movilidad un eje de desarrollo sostenible.

Sin embargo, la indecisión del Gobierno mantiene en vilo a la región. La incertidumbre paraliza y cada día sin respuesta aleja la posibilidad de ejecutar el proyecto.

Si el Ejecutivo va a cumplir, debe hacerlo ya; si no lo hará, debe decirlo con franqueza. Lo que no puede hacer es guardar silencio mientras el tiempo se agota.

El Valle no reclama privilegios, reclama equidad. Así como otros sistemas férreos en el país obtuvieron respaldo, el tren de cercanías también merece ese compromiso.

Dejarlo vencer sin definición sería darle la espalda a una región que ha hecho su parte y que hoy solo pide una cosa: que no le cierren las puertas al futuro.

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