Cali, marzo 6 de 2025. Actualizado: jueves, marzo 6, 2025 10:41
Los agricultores sometidos y pobres
La historia nos enseña que si hay una forma de empobrecerse, basta ejercer como trabajador de la tierra. Automáticamente al convertirse en campesino o agricultor se ingresa a una clase social sometida y pobre en una eterna injusticia de la humanidad porque sin comida no hay vida.
Ni la revolución francesa ni el comunismo ni el capitalismo le han cambiado ese estatus a los agricultores de Bretaña, Siberia, Kansas o el Tolima. La modernidad les ha facilitado su trabajo pero no los ha liberado de la inicua desconsideración. Ni las leyes agrarias ni los cambios estructurales de los distintos gobiernos redactan normas protectoras. Todos son paños de agua tibia. Ya no salen con su hoz en la mano a tumbar al zar.
Llegan a Paris en tractores modernos a protestar. O se atraviesan en las carreteras del Huila y el Tolima para preguntar por qué siempre pierden. Los calman con subsidios pero no eliminan el desequilibrio. El asunto es complejo y multifacético.
La dependencia de la naturaleza, el clima, la calidad del suelo, la disponibilidad del agua, el exceso o la falta de lluvia ,la volatilidad del mercado, la sobreproducción. Todo influye en demasía para seguir manteniendo el oficio de agricultor como una posibilidad de sobrevivir pero nunca de enriquecerse cual si se puede en el resto de la sociedad.
En Colombia nos inventamos hace casi un siglo el ahora vilipendiado Fondo Nacional del Café, que consistía en ahorrar un porcentaje del precio de venta cuando este sobrepasaba el límite donde empezaba la bonanza.
Con ese Fondo se decretaban y pagaban las compensaciones cuando el precio bajaba del punto de sostenimiento. Como servía tanto lo exprimieron con huevonadas y abusos y ,por último, lo quebraron cometiendo torpezas en el mercado internacional, arrastrando a muchas cooperativas.
Hacer algo igual con el arroz que hoy reúne miles de compatriotas protestando por el mal precio, podría ser una idea .Pero vaya y hágala…