Dilian, víctima de violencia política

El matoneo padecido por la gobernadora del Valle del Cauca, Dilian Francisca Toro, en la campaña política de 2023, fue seleccionado por una importante organización internacional para visibilizar ante el mundo el ejercicio de violencia política en contra de la mujer.

Se trata del Instituto Holandés para la Democracia Multipartidaria, Nimd, que fue creado por los partidos políticos de los Países Bajos, con sede en La Haya.

Para esta entidad, lo vivido por Dilian Francisca Toro en las elecciones regionales de finales del 2023 es un claro ejemplo de cómo se materializa la violencia política en contra de las mujeres, algo que además de afectar la vida de quien es víctima de los ataques, afecta también la consolidación de la democracia.

Y es que la campaña de desprestigio que se vio contra la hoy gobernadora del Valle en la campaña política del año pasado no tiene antecedentes. Toro fue víctima de todo tipo de ataques a través de las redes sociales, con el claro propósito de ocasionarle un daño reputacional.

“De manera particular su campaña se caracterizó por constantes ataques en redes sociales. Incluso, de videos creados a partir de Inteligencia Artificial que imitaron su voz e imagen reproduciendo información falsa. Adicionalmente, fue víctima de amenazas que la identificaron como objetivo militar y que impidió su participación y movilidad por diferentes lugares”, señala el informe del Instituto Holandés para la Democracia Multipartidaria.

Para esta organización, Dilian Francisca Toro ha sido víctima de ataques sistemáticos y recurrentes a través de manifestaciones como la “violencia simbólica”, la “violencia psicológica” y la “violencia digital”, con lo que se pretendió “vulnerar su imagen y credibilidad como mujer política”.

Luego de conocer que su caso fue seleccionado por el Instituto Holandés para la Democracia Multipartidaria, Dilian Francisca Toro dijo lo siguiente:

“Mi lucha no es una lucha personal, es una bandera por los derechos de las mujeres que hemos decidido participar en política y que somos víctimas de ataques de género por parte de aquellos que aún piensan que la política es un espacio reservado para los hombres. No podemos seguir aceptando que nuestra participación política se denigre por cuenta de nuestra condición de mujeres. Nuestra sociedad no puede seguir normalizando que en la batalla política se nos pongan apodos, se desfigure nuestra imagen, se nos agreda emocional y hasta físicamente, por ser mujeres que participamos en la contienda política”.

La clase política en general debería rechazar este tipo de estrategias sucias que, como en el caso de la campaña de desprestigio contra Toro, son acciones coordinadas.

¿Quién lideró y financió las bodegas a través de las cuales se difundieron los ataques contra la entonces candidata? Bien valdría la pena que la justicia colombiana hiciera especial seguimiento a este caso, pues, aunque el matoneo en cuestión fue orquestado con el propósito de que Dilian Francisca Toro no fuera elegida gobernadora del Valle y, pese a lo agresivo de la estrategia en su contra, ganó, las bodegas coordinadas con el propósito de dañar su imagen siguen activas.

Este tema no debe verse como un caso personal. Si bien hay que garantizar los derechos de Toro como ciudadana y como mujer, es necesario sentar un precedente para acabar con esta nefasta manera de hacer política que se basa en tratar de destruir la imagen de una persona que postula su nombre a un cargo de elección popular. Dejar impune algo así, es un estímulo para que se repita.

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