Cali, mayo 9 de 2025. Actualizado: viernes, mayo 9, 2025 17:05
El impacto oculto de tus emociones en el proceso de pérdida de peso
No bajar de peso puede estar relacionado con tus emociones reprimidas, descubre porqué
Muchas personas siguen dietas estrictas, hacen ejercicio con regularidad y aún así no logran bajar de peso.
Este frustrante estancamiento puede deberse a una razón poco considerada pero muy poderosa: las emociones reprimidas.
La conexión entre la salud emocional y el cuerpo físico es más profunda de lo que parece, y entenderla puede ser clave para desbloquear tu proceso de transformación.
¿Qué son las emociones reprimidas?
Las emociones reprimidas son sentimientos intensos como tristeza, rabia, miedo o culpa que no se expresan de forma saludable y que terminan “guardándose” en el cuerpo.
Aunque no se vean, estas emociones afectan el sistema nervioso, el metabolismo y la producción hormonal. A largo plazo, esto puede alterar el equilibrio del organismo y dificultar la pérdida de peso.
¿Cómo afectan al cuerpo?
Cuando una emoción intensa no se libera, el cuerpo entra en un estado de estrés crónico. Esto activa el eje HPA (hipotálamo-hipófisis-glándulas suprarrenales), lo que incrementa la producción de cortisol, la hormona del estrés.
Un nivel alto de cortisol puede:
- Aumentar el apetito, especialmente por alimentos altos en grasa y azúcar.
- Generar acumulación de grasa abdominal.
- Alterar el sueño y el metabolismo.
- Provocar retención de líquidos e inflamación.
Este círculo vicioso hace que, aunque comas bien y te ejercites, tu cuerpo se resista a perder peso.
Hambre emocional vs. hambre real
Muchas veces, las emociones reprimidas llevan a desarrollar lo que se conoce como hambre emocional: comer para calmar la ansiedad, la tristeza o el aburrimiento, en lugar de alimentarse por necesidad fisiológica.
Este patrón puede volverse inconsciente y repetitivo, creando un obstáculo constante para alcanzar un peso saludable.
El cuerpo guarda lo que la mente calla
La psicología somática y disciplinas como la psiconeuroinmunología han demostrado que el cuerpo almacena experiencias emocionales no resueltas.
Algunas señales de que tus emociones pueden estar afectando tu peso incluyen:
- Subidas de peso inexplicables
- Ansiedad constante por la comida
- Fatiga crónica o sensación de “pesadez” física
- Dificultad para mantener hábitos saludables a largo plazo
¿Qué se puede hacer?
Superar esta barrera implica un enfoque más integral. Aquí algunos pasos para comenzar:
- Terapia emocional o coaching psicológico: Hablar con un profesional ayuda a identificar y liberar emociones atrapadas.
- Mindfulness y meditación: Técnicas de atención plena ayudan a reconectar con el cuerpo y reducir el estrés.
- Escritura terapéutica: Anotar pensamientos y emociones es una forma efectiva de liberar cargas internas.
- Movimiento consciente: Actividades como yoga, danza o caminatas pueden ayudar a desbloquear emociones físicas.
La pérdida de peso no siempre es una simple fórmula de calorías consumidas vs. calorías quemadas. A veces, es un proceso de sanación emocional, de liberar lo que pesa por dentro para que el cuerpo también lo refleje por fuera.
Si te sientes estancado en tu proceso, tal vez ha llegado el momento de mirar hacia adentro. Tus emociones podrían estar hablando… y tu cuerpo las está escuchando.
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*Este artículo fue elaborado por un periodista del Diario Occidente usando herramientas de inteligencia artificial.