Cali, septiembre 12 de 2025. Actualizado: viernes, septiembre 12, 2025 17:54
Placer, expectativas y realidades
El mito del multiorgasmo: ¿verdad o presión cultural?
En los últimos años, el término multiorgasmo se ha popularizado en redes sociales, revistas de bienestar y conversaciones sobre sexualidad. A menudo se presenta como un estado ideal de placer continuo, especialmente en cuerpos femeninos.
Sin embargo, detrás de esta aparente celebración del placer, se esconde una realidad más compleja: ¿el multiorgasmo es una capacidad natural o una presión cultural disfrazada de empoderamiento?
¿Qué es realmente el multiorgasmo?
El multiorgasmo se refiere a la capacidad de experimentar varios orgasmos durante un solo encuentro sexual sin perder la excitación. Aunque algunas personas afirman haberlo experimentado, no se trata de una realidad universal ni de un estándar que todas deban alcanzar.
De hecho, los estudios científicos han demostrado que la respuesta sexual varía enormemente entre individuos, y no todos los cuerpos responden igual ante los mismos estímulos.
Entre biología y expectativa social
Si bien existe una base fisiológica que permite que algunas personas tengan orgasmos múltiples, no significa que sea una meta obligatoria o una medida de satisfacción sexual. El problema surge cuando el discurso sobre el multiorgasmo se convierte en una exigencia, generando ansiedad y frustración, especialmente en mujeres.
En lugar de liberar, puede oprimir, haciendo que algunas personas sientan que “no están funcionando bien” si no logran múltiples clímax.
Este fenómeno se ha visto alimentado por la industria del entretenimiento para adultos, la literatura erótica y algunos discursos de sexualidad positiva mal interpretados.
Aunque es importante hablar de placer sin tabúes, también es esencial no imponer modelos que terminan siendo poco realistas para muchas personas.
¿Empoderamiento o nueva forma de control?
Una de las trampas del mito del multiorgasmo es su disfraz de empoderamiento. Se vende como una conquista sexual, como un signo de autoconocimiento y liberación.
Pero si escarbamos un poco más, encontramos que puede convertirse en una presión más dentro de la larga lista de exigencias que recaen sobre los cuerpos, especialmente los femeninos: ser deseables, complacientes, siempre dispuestas, y ahora, también, multiorgásmicas.
Este ideal puede ser especialmente dañino cuando se ignora el contexto emocional, relacional y psicológico del placer.
No se trata solo de una respuesta física, sino de un proceso integral donde influyen la confianza, la comunicación, la salud mental y la conexión con el otro (o con una misma). Obligar al cuerpo a reaccionar de determinada manera puede alejar más del placer que acercarlo.
Redefiniendo el placer: una invitación al disfrute sin presiones
Hablar del multiorgasmo no debe ser un tabú, pero tampoco debe convertirse en una imposición. Cada cuerpo es distinto, y el placer no tiene una única forma de manifestarse.
Hay personas que disfrutan intensamente de un solo orgasmo, otras que lo viven de manera más dispersa, y algunas que no se enfocan en el clímax como meta, sino en la experiencia completa.
La verdadera revolución sexual no está en alcanzar estándares impuestos, sino en descubrir, respetar y disfrutar las propias formas de sentir.
Educar sobre sexualidad también implica desmitificar lo que puede convertirse en una carga. Y el multiorgasmo, aunque posible para algunas, no debe ser una obligación para ninguna.
El multiorgasmo existe, pero no es un deber. Confundirlo con una meta a alcanzar puede generar frustración y alejarnos de una sexualidad sana y auténtica.
Liberarse de esta presión cultural permite reconectar con un placer más real, más libre y verdaderamente propio.
🧠 Este artículo fue elaborado con apoyo de inteligencia artificial.
Queremos saber qué piensas sobre este tipo de contenidos. ¿Lo notaste? ¿Te pareció útil, claro, diferente?
🎯 Tu opinión es clave para seguir mejorando.
👉Haz click para contestar una corta encuesta, te tomará menos de 1 minuto
https://forms.gle/bNSDaY2cWHpzKRQb8
*Este artículo fue elaborado por un periodista del Diario Occidente usando herramientas de inteligencia artificial.