50 años de Salvador Allende

Alejandro Ocampo

Hace 50 años, el 11 de septiembre de 1973, se llevó a cabo en Santiago de Chile el golpe de estado que acabó de manera abrupta con el gobierno de Salvador Allende, el primer presidente socialista chileno que llegó al poder tras unas elecciones.

Allende fue un político destacado. Aunque se graduó como médico cirujano en la Universidad de Chile, su pasión por servir a los más pobres siempre lo mantuvo vinculado a la política. Fue diputado; Ministro de Salubridad en el gobierno de Pedro Aguirre Cerda; y senador desde 1945 hasta 1970, donde ejerció como presidente de la Cámara Alta del Congreso.

Además, fue candidato a la Presidencia de la República en cuatro ocasiones: en 1952, 1958, 1964 y, finalmente, en 1970 cuando obtuvo la victoria con 36,6% de los votos convirtiéndose en el primer gobierno en llegar al poder en Chile gracias a una coalición de partidos de izquierda.

Como era de esperarse, su lucha por la equidad y mejorar las condiciones de las y los chilenos no cayó bien en aquellos que estaban atornillados en el poder. Y es que Allende trabajó por acelerar la reforma agraria, aumentar los salarios de los trabajadores, nacionalizar a las grandes empresas dedicadas a la minería de cobre y por diversificar las relaciones diplomáticas y comerciales con países de África, Asia, Europa Oriental y en América Latina con Cuba y Guyana.

Tristemente, su proyecto de cambio se vio truncado por el bombardeo de aviones y tanques al Palacio de la Moneda. Un golpe de estado apoyado por el gobierno de Estados Unidos y liderado por las Fuerzas Armadas en cabeza del general Augusto Pinochet, quien estuvo al frente de una dictadura militar que se extendió por más de 16 años y dejó cientos de muertos, desaparecidos y exiliados.

50 años después, con Gustavo Petro tenemos por primera vez en Colombia un gobierno de izquierda que está avanzando en una agenda para reivindicar los derechos de los más desfavorecidos y mejorar las condiciones de los campesinos, las negritudes, los indígenas, las mujeres, los jóvenes y en general garantizar mayor equidad en el acceso a salud, educación y trabajo digno.

Poner a “los nadies” como una prioridad en la agenda nacional ha incomodado a los nostálgicos del poder. Por eso, hoy estamos presenciando un golpe blando en contra de la colectividad política del gobierno y, en consecuencia, de lo que eligieron los ciudadanos.

Los ataques no directos de otros sectores políticos o judiciales que pretenden obstaculizar las iniciativas del Gobierno Nacional han estado a la orden del día. Hoy, 5 décadas después del golpe de estado en Chile es momento de recordar que tenemos un compromiso con la historia.

Y como bien lo dijo Allende antes de su muerte: “Pagaré con mi vida la lealtad del pueblo, y les digo que tengan la certeza de que la semilla que entregamos a la conciencia de miles de chilenos, no podrá ser cegada definitivamente… Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, se abrirán las grandes alamedas, por donde pasará el hombre libre para construir una sociedad mejor. ¡Viva Chile, viva el pueblo, vivan los trabajadores!”