Cali, septiembre 20 de 2025. Actualizado: sábado, septiembre 20, 2025 00:41

Alberto Ramos Garbiras

Breve reseña del constitucionalismo en Colombia

Alberto Ramos Garbiras

El constitucionalismo colombiano aparece desde antes de fundarse la República, los antecedentes los encontramos entre 1811 y 1815 con las constituciones provinciales de Cundinamarca, Tunja, Antioquia, Cartagena y Popayán , entre otras dos.

Luego de expedida la Constitución de Cúcuta en 1821 producto de la Batalla de Boyacá y de la etapa de fieros enfrentamientos contra los españoles entre 1816 y 1819, se intentó reformar la Constitución de 1821, en Ocaña(1828), por los disgustos del Libertador con las normas aviesas incluidas y de sesgo criollo, favoreciendo a unos y desconociendo a otros, como el caso de la negación a la libertad de los esclavos, liberando solo vientres (los nacidos de allí en adelante); y posteriormente se presentó la fracasada o nonata Constitución de 1830 por las disputas con venezolanos y ecuatorianos para separar a Venezuela y Ecuador, y algunos caudillos criollos que favorecían intereses de la élite agraria por las asignaciones de las tierras quitadas a los españoles que habían usurpado los territorios indígenas: La élite criolla colonial se transforma en élite republicana y embrión de la oligarquía que, hasta hoy reeditada generacionalmente, o con allegados, no cesa de tener al Estado como coto de caza.

Terminado el período del absolutismo monárquico que rigió gran parte de los siglos XVI, XVII y XVIII, se construyen los Estados modernos o el llamado Estado-Nación, extendido en Europa y América con democracias electorales parlamentarias allá, y presidenciales acá: basados en la tripartición del poder público, con sistemas republicanos, existencia de partidos políticos, el voto para establecer la representación y generar formas de gobierno, pero básicamente con constituciones para fijar los límites al poder.

Después de la muerte de Simón Bolívar, el constitucionalismo se produjo para buscar el retorno del General Santander, exiliado por la conspiración septembrina cuando intentaron matar a Simón Bolívar.

Todas las reformas posteriores a la Constitución se dan después de una guerra civil, ocho entre liberales y conservadores, a lo largo del Siglo XIX.

Sin contar las múltiples guerras regionales. En el siglo XX observamos la prolongación de La Regeneración Nuñista en el republicanismo de liberales y conservadores desprendidos del Partido Nacional que Núñez fundó para acabar con el Olimpo Radical de los federalistas de 1863.

El siglo XX está marcado por un constitucionalismo bipartidista en las reformas de 1905, 1910, 1936, 1951, 1954, 1957.

Exceptuando la reforma constitucional del 36 (dentro de la “República Liberal”), y las reformas fracasadas de la pequeña constituyente de López Michelsen y Virgilio Barco, ninguna de las reformas logró derogar o sustituir la reforma constitucional de 1886.

Solo en 1991 se alcanzó esa meta jalonada por un movimiento universitario y la convocatoria con un Decreto de Estado de sitio, firmado por Virgilio Barco y avalado por la Corte Suprema de Justicia, ambos conscientes del crecimiento de las mafias apuntaladas por el narcotráfico amenazante.

En el siglo XXI el constitucionalismo pretendió con la Carta de 1991 avanzar en el desarrollo del Estado Social de Derecho o Estado del Bienestar, cercano a la social-democracia, pero la normativa neoliberal enquistada en algunos artículos de 1991 condujo al contra reformismo y a la mercantilización de los derechos sociales. “Partidos nuevos” de remoquete, pero anclados en la convivencia contractual.

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