Colombia necesita una transformación para el emprendimiento

¿Por qué insistimos tanto en apoyar y proteger a nuestros empresarios? Porque en cada calle de nuestras ciudades, notamos la angustia por la falta de oportunidades y los desafíos a los que quedan abandonados a su suerte millones de colombianos. De siete millones de negocios, tan sólo un millón están en la formalidad.

No atender y trabajar por cambiar esta realidad, implica ignorar el día a día de miles colombianos, haciendo que continúen forzados a tener empleos de mala calidad y, en consecuencia, estar mal remunerados.

Como empresario, conozco las dificultades que existen para sacar adelante los negocios y la responsabilidad que tenemos de brindar mejores oportunidades a todos los colaboradores y sus familias.

Así que, compartiendo la preocupación de una necesidad de cambio, fue imposible desaprovechar la oportunidad de la reforma tributaria para empezar a superar esta problemática.

No fue en vano, que luego de 90 horas de trabajo en mesas técnicas durante dos meses, lográramos cambios significativos para la realidad del pequeño empresario.

El régimen simple se creó con una buena intención: Hacer más simple la tributación de los negocios más pequeños y al mismo tiempo que identificarlos para incluirlos en programas sociales y económicos para su crecimiento.

Sin embargo, luego de dos años en funcionamiento, muy poco se había cuestionado sobre su diseño y poco les había preocupado que tan solo existieran 70 mil inscritos en este formidable sistema.

En pocas palabras, el impuesto simple seguía siendo muy costoso para los pequeños negocios, que aportan el 80% del empleo en nuestro país.

Logramos bajar casi en 50% el impuesto, eliminar requisitos y permitir descontar el 4 por mil. Estoy seguro que el apoyo a los pequeños productores, comerciantes, industriales y generadores de servicios, es el camino que debemos tomar para la superación de las desigualdades y dificultades que viven la gran mayoría en Colombia.

Hago parte, al igual que cada uno de los que confían en nosotros, de esta transformación, aquella que impulsa al empresario que vemos día a día, produciendo y comercializando al menudeo.

Ellos son el porqué de millones de familias que han podido salir adelante, y aun así, no se les ha considerado un motor de riqueza y crecimiento.

Seguramente son pequeños cambios hoy, silenciosos, pero que sumarán con los demás que seguiremos adelantado en los territorios, mano a mano con este equipo de más de 150.000 colombianos que confían en esta ruta, la del cambio y la innovación.

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