Corregir el rumbo

Ante lo que está sucediendo con la posible revocatoria del alcalde Alejandro Éder, sobre lo cual hay muchas conjeturas y posturas interesadas en “tomarse” la ciudad por parte de un grupo político que promueve el odio y el caos, no es conveniente para la ciudad. Eso mismo están haciendo contra Alejandro Char en Barranquilla, contra Fico Gutiérrez de Medellín, contra el de Bucaramanga y otras ciudades importantes del país. Es una narrativa ideológica de hacernos creer que solo ellos son los “salvadores” de las regiones cuando vemos un gobierno nacional que ha gobernado muy mal, sobre todo en contra de los estratos populares. ¿O es que les parece que el engaño a estudiantes con lo del Icetex, acabar con el proyecto de “vivienda ya”, con el petróleo, el gas, la salud, los medicamentos, etc., etc., es maravilloso?
Lo cierto es que Éder recibió una herencia descontrolada, con obras inconclusas ya pagadas, sin presupuesto disponible, lo que lo obliga a solicitarle al Concejo aprobarle un importante empréstito para poder desarrollar la ciudad. No es fácil gobernar con esas vicisitudes. Pero también hay decirle que se equivocó desde el inicio de su gobierno, cuando dio a conocer su gabinete con personas sin ningún sentido de pertenencia por la ciudad, personajes de otras regiones, que a duras penas conocían el trayecto desde el aeropuerto hasta el Cam y viceversa. Argumentó que la ciudad está tomada por una “clase política corrupta” pero, esa no era excusa. Cali cuenta con profesionales de alta calidad profesional, no involucrados con la política pero, dispuestos a sacarla adelante, porque en ella nacieron, crecieron y se forjaron académicamente; algunos se especializaron en Bogotá o en el exterior y se distinguen como extraordinarios ejecutivos, con sentido de pertenencia.
Los antioqueños se distinguen porque aprovechan el talento de su gente. Igual sucede en Barranquilla y en otras regiones del país. ¿Por qué en Cali no…? Quiera Dios que aproveche esta coyuntura para modificar muchas decisiones erradas. Se lo dice un caleño con el interés de que le vaya bien y, por ende, a Cali. Debe recuperar su belleza, su civismo y Eder, nacido aquí, puede y debe hacerlo. Puede salir adelante con los colaboradores indicados. Seguro que sí.

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