La cómoda ceguera del Partido Conservador

Asombra la cómoda ceguera de los congresistas del Partido Conservador, quienes en su afán de mantener su participación en el actual gobierno y bajo la falsa premisa de ser coherentes con el momento histórico que vive el país, entregan nuestras banderas, hipotecan nuestra ideología y dan la espalda a los más de 10 millones de colombianos que no votamos por Gustavo Petro y que nos quedamos esperando que el partido de Caro y Ospina liderara un proceso de independencia conceptual y política y se convirtiera en el vocero de lo que nosotros representamos.

Con esta reflexión no hablo de revanchismos ni oposición frontal e irracional, porque nos guste o no y así la diferencia haya sido de 3 puntos porcentuales, la democracia eligió y Gustavo Petro es el presidente de todos los colombianos incluyendo los que no lo acompañamos.

En una democracia sana es necesario el sistema de pesos y contrapesos para mantener un equilibrio necesario que reoriente, que debata y apoye lo verdaderamente positivo para todos, pero que se distancie de manera respetuosa pero vehemente de las propuestas que nos puedan arrastrar a un camino de incertidumbre.

Muy por el contrario a lo planteado por los congresistas, considero que la decisión de ser Partido de Gobierno, y las implicaciones que esto conlleva, nos coloca de espaldas al momento coyuntural que estamos viviendo, nos priva de la oportunidad histórica de ser los salvaguardas de la democracia y los garantes de la tranquilidad de nuestro país.

Es innegable que si a este gobierno le va bien nos irá bien a todos; pero la confianza ciega, el apoyo irrestricto, el asumir el avasallamiento como una estrategia de poder nunca ha sido ni será el camino hacia el bienestar general y más si la motivación no obedece a propuestas conceptuales o ideológicas sino de conveniencia y cálculos politiqueros.

En el fondo de mi ser y por el bien de la amada patria, desearía estar equivocado en mis apreciaciones y que el tiempo no me dé la razón, pero ahora lo único que nos queda es, desde nuestras regiones, seguir trabajando sin renunciar a nuestra esencia con la firme certeza, quizás la única certeza que podemos tener en estos momentos, y es que en Colombia siempre habrá más conservatismo que Partido Conservador.

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