Petro, camino al autogolpe

Miguel Yusty

Y pasó lo que tenía que pasar.

El Consejo Nacional Electoral, el lunes, en decisión trascendental falló estableciendo que efectivamente la campaña de “Petro Presidente” había violado los topes de financiación en 5.300 millones de pesos, estableciendo pliego de cargos y una investigación de carácter de sindicados a los directivos de la campaña y el presidente, obviamente, tendrá en la Comisión de Acusaciones su juez natural.

Este incidente, que ya ha sucedido con la diferencia de que esta vez sí hubo pliego de cargos, ha tenido por parte de Petro una respuesta a la manera de cualquier líder de la primera línea o como acostumbra hacerlo los golpistas latinoamericanos, que han recurrido a la convocatoria de sus bases y, en el caso particular del presidente, lo que pone a la orden del día es la importancia que para él tienen las vanguardias urbanas de las Farc y el ELN, y amenaza con escenificar de nuevo la toma terrorista de las ciudades, la movilización de los ejércitos armados del narcotráfico en el sector rural y monta una película donde el temor y el terror a que se reediten las tomas urbanas, que fueron el preámbulo que potenció su elección presidencial.

El recurso de la asamblea permanente es otro argumento más para fundamentar el camino hacia el autogolpe, pues así lo viene haciendo para desgracia de todos los oportunistas, los contratistas y, obviamente, las organizaciones políticas que a codazo limpio buscan encontrar puesto en el bus lleno del petrismo.

El presidente viene jugando a un modelo que lo conduzca a privilegiar todos sus inventos para que el país entre en caos y él, como víctima, suspenda las elecciones o decida decretar definitivamente que sí hay una conspiración en su contra y, como cualquier Fujimori, darse el autogolpe e iniciar el camino de los Chávez, los Maduros, los Ortegas y los Castros.

Todo está calculado, la ruta del cambio no es otra que un diseño minucioso para fragilizar la unidad nacional debilitando los municipios y los departamentos, mediante los mecanismos de le concede la paz total, que ha disparado el control territorial a favor de los ejércitos armados del narcotráfico creando un panorama de municipios y departamentos fallidos.

Igualmente y para que no quepa la menor duda, esa invitación, que además es una orden de declararse en asamblea permanente, es la complementariedad requerida entre el desorden rural y el desorden urbano,

Estas circunstancias dejan sin piso objetivamente los presupuestos que lidera el ministro Cristo de darle curso a un acuerdo nacional, pues esta tesis no pasa de ser otro salvavidas que les coloca Petro a los que todavía creen que este supuesto acuerdo los va a salvar de la hecatombe.

Desgraciadamente olvidan, tal como lo viene demostrando permanentemente, que el presidente Petro es un liquidacionista compulsivo que se educó para en un momento como este utilizar a la llamada “burguesía nacional”, a una especie de gobierno transicional, que como todos sabemos es flor de un día y termina casi siempre con los protagonistas en el exilio, que abandonan rápidamente el país, uniéndose al micromundo de los perseguidos políticos.

Sencillamente, por lo que se lee en el mensaje del presidente Petro, va a repetir la misma película que escenificó cuando fue sancionado por la Procuraduría siendo alcalde de Bogotá, pues invita de nuevo a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, para que lo salve y lo legitime aumentando el gran desprestigio y desconfianza que este instrumento de protección de los derechos fundamentales ha ido adquiriendo en los últimos tiempos.

En fin, el caos entrará a cumplir su papel, haciendo causa común con todos aquellos que de una manera u otra con su silencio cómplice están permitiendo el desgaste de los poderes públicos garantizándole al petrismo la culminación de su propósito de coptar instituciones como la Fiscalía, la Defensoría del Pueblo y otros más y que poco a poco se irán cambiando favor del presidente la correlación de fuerza en la Corte Constitucional, en la Corte Suprema, para así llegar al momento y en el año electoral, cerrar el Congreso y darle curso al modelo de sociedad para el cual se preparó Petro.

Esta es “la cruda realidad” como nos lo estuviera repitiendo, a manera de regaño, el maestro Norberto Bobbio.

Petro está desesperado y está adelantando los tiempos del autogolpe, que lo tenía programado para el 2026.