Cali, abril 16 de 2025. Actualizado: miércoles, abril 16, 2025 17:58
Si eres feo, no leas esto
CLASIFICADO: “Se busca gente bonita para cargo en ventas”.
En los últimos años se ha popularizado el concepto de ‘pretty privilege’ en el mundo de las redes haciendo referencia a las personas privilegiadamente atractivas.
Esta condición física que intuye una aparente ventaja social y laboral arrastra otro fenómeno oculto asociado directamente con el éxito comercial en los negocios, la construcción natural de confianza.
Así como lo leen, las personas atractivas, no solo lucen bien, sino que generan más confianza que los que cargamos con esta fealdad.
Aunque la belleza suele interpretarse como algo subjetivo, las culturas tienden a establecer estándares de belleza dentro de su contexto que condicionan nuestra percepción de todas las cosas.
Nos persuadieron por años timándonos con que existía una estrecha relación entre los villanos del cine y las novelas con la fealdad. Cuanto más malo más feo, caracterizándolos con facciones exageradas, narices aguileñas, ojos desorbitados y en general poco agraciados; en cambio cuando se trataba de los protagonistas de las novelas sus rostros delicados inspiraban pasión y rectitud.
Les contaré los 3 criterios que explican por qué los Pretty privilege son constructores naturales de confianza y monetizadores de su trabajo comercial:
1- El efecto halo: Psicológicamente, cuando vemos a una persona físicamente atractiva, nuestra mente tiende a atribuirle cualidades positivas, como inteligencia, amabilidad o éxito, aunque no tengamos evidencia concreta de que estas características sean ciertas. Esta forma de generalización basada únicamente en el prejuicio sociocultural por la apariencia se llama ‘efecto halo’.
2- La Bilateria. Taxonómicamente, la especie humana es clasificada en el reino animalia bajo una característica llamada bilateria. Aquí nos separamos de otros seres vivos por nuestra simetría bilateral, lo que significa que nuestros cuerpos pueden dividirse en dos mitades iguales.
La naturaleza nos condiciona a percibir en nuestra especie que a mayor simetría mayor perfección, agregando una percepción de confianza por la anatomía.
Esa misma simetría la percibimos como una fuente reproductiva ideal para mejorar la especie, derivando el concepto de ‘proporción aurea’.
3- Familiaridad: Recordemos que cuando nos presentan a alguien que tiene la sensación de conocernos desde antes, inconscientemente en su cara se dibuja una sutil sonrisa monalinezca que la reproduce el cerebro cuando encuentra cierta familiaridad positiva con nuestro rostro. Esa sensación de familiaridad es un catalizador de la confianza.
La falsa familiaridad perfila al portador como una persona bien intencionada, honesta y más confiable en la medida que su proporción aurea se ajusta a la constante numérica 1,1618, o sea si sus medidas físicas son más perfectas.
Es por esta razón que algunos de nosotros cambiamos de cera si nos encontramos de frente con una persona de vestuario sucio y desgastado, descalza, tropezando con su paso o descachalandrado, porque nuestra perfilación de lo confiable no se ajusta a esa versión humana animada.
Aunque algunos puedan afirmar que la belleza es “objetiva” dentro de los límites culturales establecidos, ésta sigue siendo una ventaja que facilita la construcción de confianza, como la que inspiran los ‘pretty privilege’, un criterio que a mi juicio es el más importante de alcanzar en todos los procesos de negociación.
Infortunadamente, los feos no tenemos esa ventaja y debemos propiciarla con técnicas más sofisticadas y que requieran mayor transpiración.
Convenientemente seguiré pensando que, en el arte de negociar, no importa si eres un diamante o un ladrillo, lo que brilla al final es tu habilidad para convencer. ¡Confianza primero!