Cali, octubre 21 de 2025. Actualizado: lunes, octubre 20, 2025 23:36
¿Y ahora qué?
Otra vez el presidente Petro se salió con la suya. Quería ascender a la categoría envidiable de ser contendor y víctima del emperador de Washington y lo logró.
No le bastó sino con endurecer su defensa en favor de Maduro y de criticar los acribillamientos de las lanchas que los ejércitos gringos hacen en las aguas caribeñas para que Trump lo clasificara como líder del narcotráfico que incentiva la producción masiva de drogas por toda Colombia.
Y, como casi siempre sucede con las medidas y determinaciones de Petro, somos los colombianos quienes pagaremos no solo los nuevos aranceles sino que sentiremos que nos volvimos otra Venezuela.
Lo peor, empero, es que nos polarizaremos más en un año electoral peligroso. Habrá quienes podremos decir que la actitud agresiva de Trump contra Petro es la tantas veces repetida de todos los emperadores de todos los imperios para someter a sus países súbditos.
Y que es una bellaquería estigmatizar a Colombia y a su presidente castigando al país donde se produce la droga y no a millones de gringos periqueros que se la meten por sus narices y más cuando ellos jamás persiguen a los capos que la distribuyen y comercializan en sus ciudades.
Pero habrá también otro gran grupo de colombianos, cada vez más creciente y cada vez más antipetrista, que considerarán que esta maldición de Trump contra Petro insufla las fuerzas de la oposición al mal gobierno y puede ser una herramienta efectiva para convencer al resto de colombianos de que no se puede seguir con Petro, sus bandas armadas amparadas por la paz total y sus robagallinas.
Metidos en la apuesta vanidosa y soberbia de Petro de ser declarado enemigo del emperador es evidente que Trump y Rubio creen que con las medidas económicas contra Colombia les puede resultar más fácil que la oligarquía tumbe a Petro como reacción, a que los generales venezolanos se dejen tentar por la oferta de los 50 millones de dólares y descabecen a Maduro.