Cali, agosto 11 de 2025. Actualizado: sábado, agosto 9, 2025 10:24
El caso de Francia Márquez revela una estrategia que manipula figuras para atraer votos y luego las descarta.
Cuando la política usa personas para ganar
El inicio de la campaña para las elecciones de 2026 coincide con una declaración que no puede pasar desapercibida.
Hace pocos días, en Cali, la vicepresidenta Francia Márquez denunció que se sintió utilizada en la campaña de 2022, y víctima de racismo y discriminación dentro del mismo gobierno que ayudó a elegir.
Lo que Márquez dijo expone una realidad más amplia: la política colombiana está dispuesta a usar figuras públicas como herramienta para ganar votos, sin importar si están preparadas para gobernar, ni mucho menos si serán respetadas luego de la victoria.
Francia Márquez aportó liderazgo social, arraigo en el Pacífico y conexión con los jóvenes, fue clave para sumar votos, pero claramente no estaba preparada para ejercer cargos como la Vicepresidencia ni el Ministerio de Igualdad.
El error fue del presidente Gustavo Petro, pero también del electorado y de la misma Márquez, que aceptó un reto sin contar con las condiciones para ejercerlo, y hoy, en lugar de asumir esa responsabilidad, el gobierno reacciona descalificándola desde el machismo y el racismo que ella misma denuncia.
Se traiciona no solo a quien fue usada, sino al país que creyó en un proyecto.
El problema de fondo es una forma de hacer política que no tiene reparos en instrumentalizar a las personas para manipular a los electores.
Por eso, en las elecciones de 2026, los ciudadanos deben estar más atentos que nunca.
No se trata solo de mirar quién encabeza una fórmula o qué tan carismático es un candidato, se trata de analizar si hay preparación, si hay equipo, si hay propuestas serias y si hay respeto por el votante.
Solo así dejaremos de caer en el juego de los rostros útiles para ganar y descartables para gobernar.