Cali, diciembre 11 de 2025. Actualizado: jueves, diciembre 11, 2025 09:23
El ajuste salarial no cobija a quienes viven del rebusque
Los informales, los olvidados del salario mínimo
La discusión sobre el salario mínimo regresa cada diciembre como un asunto nacional; gremios, sindicatos y gobierno se sientan a negociar un porcentaje.
Sin embargo, más allá de esa mesa, permanece invisible la mayoría laboral de Colombia, pues el 55% de los trabajadores vive en la informalidad y no recibe ni verá reflejado en sus ingresos el incremento que se acuerde.
A ellos no los representa nadie en la negociación y, paradójicamente, cualquier aumento sí les impacta en su bolsillo por la vía de los costos.
La indexación es parte del problema, pues muchas tarifas, tasas y pagos aumentan en proporciones similares al salario mínimo.
Así, una señora que vende arepas o un plomero que trabaja por su cuenta no podrá subir sus precios en la misma medida sin arriesgar su clientela, pero sí deberá pagar más por insumos, seguros o cuotas moderadoras.
La cuenta es sencilla: al que tiene empleo formal le incrementan el ingreso, al informal le suben los gastos. Por eso, el debate dista de ser sólo técnico, es social, económico y profundamente estructural.
Además, la informalidad se concentra en actividades como comercio, agricultura o servicios personales, donde la falta de contrato, prestaciones y protección laboral es la regla.
Mientras tanto, la política pública se enfoca en el 45% formal, como si lo demás fuera un margen tolerable o inmanejable.
El Gobierno debería liderar un plan concreto para facilitar el ingreso de trabajadores informales e independientes a la formalidad con incentivos, simplificación tributaria y acceso real a seguridad social.
Pensar en el salario mínimo sin pensar en la informalidad es mirar solo la mitad del problema. Colombia no puede hablar de ingresos dignos si más de la mitad de su fuerza laboral está por fuera del sistema.
El reto no es solo cuánto sube el salario, sino cuántos pueden beneficiarse de que suba.

