¿A dónde van las almas? Esto explican el islam, cristianismo, hinduismo y otras creencias

El destino del alma tras la muerte es una de las mayores incógnitas en la historia de la humanidad.

A lo largo de los siglos, distintas religiones y culturas desarrollaron explicaciones espirituales sobre a dónde van las almas cuando el cuerpo físico muere.

Algunas sostienen que el alma asciende a un paraíso eterno, otras que reencarna en un nuevo ser, y hay también quienes creen que se funde con el universo.

A continuación, se presentan cinco de las creencias más influyentes y extendidas sobre el destino del alma.

Cristianismo: juicio divino, cielo, infierno y purgatorio

Para el cristianismo, la muerte no representa el final, sino el comienzo de una vida eterna.

En sus distintas ramas, especialmente en la tradición católica y protestante, se afirma que las almas son juzgadas por Dios al morir.

Quienes siguieron una vida recta y de fe son recibidos en el cielo, un lugar de gloria eterna.

Por el contrario, los que se alejaron de los mandamientos y cometieron actos condenables enfrentan el infierno, un lugar de sufrimiento.

Además, el catolicismo propone el purgatorio, una instancia intermedia para quienes necesitan purificación antes de entrar al cielo.

Allí, las almas cumplen una especie de penitencia temporal.

Esta visión del más allá se basa en textos bíblicos y en la tradición teológica acumulada durante siglos.

De este modo, el cristianismo presenta una estructura clara sobre a dónde van las almas, determinada por la conducta en vida y la gracia divina.

Islam: la espera en Barzaj y el Día del Juicio

En el islam, la muerte marca la transición hacia un estado llamado Barzaj.

Se trata de una barrera entre el mundo terrenal y la vida eterna.

En ese espacio intermedio, el alma espera el Día del Juicio, cuando será evaluada por Alá.

Durante este juicio, se pesan las acciones buenas y malas, y el resultado determina si el alma entra al paraíso (Yanna) o al infierno (Yahannam).

Según la tradición islámica, el alma conserva cierta conciencia en Barzaj, pudiendo experimentar paz o sufrimiento dependiendo de su historial moral.

Esta creencia refuerza la idea de responsabilidad individual frente a los actos en vida.

Hinduismo y budismo: reencarnación, karma y liberación

Tanto el hinduismo como el budismo comparten la creencia en la reencarnación, aunque desde enfoques distintos.

En estas religiones, el alma —o “atman” en el hinduismo— no muere, sino que pasa de un cuerpo a otro en un ciclo continuo de renacimientos conocido como samsara.

Este proceso está guiado por el karma, la acumulación de buenas o malas acciones que determina la forma y circunstancias del próximo nacimiento.

El objetivo final es alcanzar la liberación.

En el hinduismo, esta se llama moksha y representa la unión del alma con el Brahman, el principio absoluto.

En el budismo, se busca el nirvana, el fin del sufrimiento y del ciclo de reencarnaciones.

Judaísmo: múltiples interpretaciones sobre el más allá

El judaísmo ofrece una variedad de interpretaciones sobre el destino del alma.

Algunas corrientes tradicionales afirman que, tras la muerte, el alma entra en un estado de reposo en espera de la resurrección futura.

En otras líneas más místicas, se sostiene que el alma puede ascender a un mundo superior o reencarnar.

En la Biblia hebrea no se desarrolla una doctrina clara sobre el cielo o el infierno, lo que deja espacio para distintas lecturas.

En el pensamiento cabalístico, por ejemplo, el alma viaja a través de planos espirituales según su nivel de pureza.

Creencias indígenas y espirituales: el alma como parte del entorno

En muchas culturas indígenas, el alma mantiene un vínculo fuerte con la naturaleza.

En la cosmovisión andina, por ejemplo, el alma puede volver a la tierra y formar parte de las montañas, ríos o animales.

En pueblos originarios de Norteamérica, se cree que el alma viaja a una tierra espiritual, donde se encuentra con ancestros.

Estas creencias suelen estar acompañadas por rituales de despedida y conexión con los espíritus.

En algunas tradiciones africanas y caribeñas, como el vudú haitiano, se considera que el alma puede quedarse cerca de la comunidad, influenciando la vida cotidiana.

*Este artículo fue elaborado por un periodista del Diario Occidente usando herramientas de inteligencia artificial.

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