Cali, julio 22 de 2024. Actualizado: domingo, julio 21, 2024 22:31

24 de julio, celebración del natalicio del LibertadoR

Bolívar, pensador más que guerrero

Bolívar, pensador más que guerrero
lunes 22 de julio, 2024

Luis Ángel Muñoz Zúñiga
Especial Diario Occidente

Que una persona decida liberar a sus esclavos y para financiar la revolución de América destine la fortuna que heredó, siendo que pertenecía a los mantuanos, en el siglo XVIII la clase más rica de Venezuela, es algo que no se puede explicar simplemente poniéndole los rótulos de Padre de La Patria o de Libertador de cinco países.

Tampoco presentándolo asemejando a los personajes que la industria vende como súper héroes para los niños. Pero así nos lo enseñaron en clase de historia: Simón Bolívar el poderoso de la espada, el máximo general en las campañas libertadoras de las naciones hermanas, el correcaminos, el famoso jinete de “Palomo”, el caballo blanco, el hombre de las dificultades, el galán ante quien se rendían las más bellas mujeres por donde pasaba victorioso, el amante de Manuelita Sáenz, el gobernante dictador, el contradictor irreconciliable con Francisco de Paula Santander y, quien fuera víctima del mayor atentado de la historia, pero que frustró a los conspiradores cuando huyó desnudo saltando por la ventana de su cuarto para evadirse de los anónimos enemigos el 25 de septiembre de 1828, la noche más feliz que pasó con su amada Manuelita.

Bolívar: ¿simple guerrero?

Otrora jamás se nos presentó a un Bolívar como el gran lector, el intelectual estudioso de los pensadores de la historia de la literatura y la filosofía, desde los griegos y especializado en los del siglo XVIII.

Entre sus bienes sólo admiramos su espada, sus retratos, sus trajes de campaña, sus hamacas, sus cartas amorosas; pero su Carta de Jamaica, sus mensajes políticos al Congreso de Angostura y a los constituyentes, han permanecido engavetados en los archivos históricos, quedando como documentos ignorados por los profesores y, por ende, también desconocidos por sus estudiantes.

Cuando un docente refiere a sus estudiantes un escritor o un pintor, les explica sobre quiénes influyeron en su estilo, por ejemplo, que Frank Kafka, Juan Rulfo y William Faulkner fundamentaron el realismo mágico en Gabriel García Márquez; pero si le preguntáramos a un estudiante cuáles libros leyó Bolívar, si los guardaba como tesoros en su biblioteca y cómo formaron su pensamiento político; el joven apenas respondería que Bolívar tuvo dos profesores particulares en casa, a Simón Rodríguez y Andrés Bello, pero la respuesta más segura que le oiríamos sería que “eso no lo vimos en clase”.

Sin incomprensiones, ni tergiversaciones

Las comisiones de investigadores, intelectuales y profesores que reconstruyan la asignatura de historia, deberán reivindicar a un Simón Bolívar legítimo, porque en estos tiempos hay quienes pretenden “emularlo”.

Que los promotores de la nueva asignatura no lo vayan a tergiversar, pues hasta Carlos Marx, padre del materialismo histórico, por fundamentarse con lo escrito por un irreverente, erró en su visión: ”A Bolívar le gusta proferir sarcasmos contra los ausentes, no lee más que literatura francesa de carácter liviano. Le agrada oírse hablar y, pronunciar brindis le deleita.

En la adversidad, y cuando está privado de ayuda exterior, resulta completamente exento de pasiones y arranques temperamentales”. (Ducroudary-Holstein).

En la reconstruida asignatura, bien puede recurrirse a destacados historiadores: “Bolívar” (Indalecio Liévano Aguirre), “Bolívar y la revolución” (Germán Arciniegas), “Bolívar El Hombre de América” (Juvenal Herrera), “Libros que leyó Bolívar” (Ramón Zapata). Pero si quieren seducir a los jóvenes que ya no se interesan por historia, porque se desacostumbraron, léanles: “El General en su laberinto”, de García Márquez.

Bolívar lector e intelectual

Es una lástima que las imágenes que tenemos sobre Simón Bolívar, apenas sean de su espada, dirigiendo las batallas, ataviado por Manuelita en las horas de descanso y enfermo en sus últimos días en San Pedro Alejandrino. Si leemos sus discursos políticos y mensajes que motivaron a liberar a América Latina, por ejemplo, la Carta de Jamaica (Kingston 1815), nos enteraríamos que son fruto de muchas horas de lectura.

Lo confirmaron sus amigos más cercanos, como los generales O´Leary y Perú de Lacroix. “El Libertador en la conversación hace muchas citas, siempre bien traídas. Voltaire es su autor favorito, y tiene en la memoria muchos pasajes de obras, tanto en prosa como en verso”. (Diario de Bucaramanga. Perú de Lacroix). Él mismo lo confirma en una carta a Francisco de Paula Santander: “Puede ser que Mr. Mollien no haya estudiado tanto como yo a Locke, Condillac, Buffon, D´Alembert, Helvetius, Montesquieu, Mably, Filangeri, Lalande, Rousseau, Voltaire, Rollin, Berthollet y todos los clásicos de la Antigüedad, así filósofos, historiadores, oradores y poetas; y todos los clásicos modernos de España, Francia, Italia y gran parte de los ingleses”. (París 1824).

Ramón Zapata

Ramón Zapata (1892-1977), bogotano que desde muy joven se dedicó al magisterio y, finalmente, ejerció la rectoría del Colegio San Simón de Ibagué; es reconocido como aquel biógrafo bolivariano, que investigó varios documentos relacionados con el ámbito cognitivo del Libertador, el inventario de los libros que leyó Simón Bolívar.

Su investigación, fruto de sus lecturas intertextuales entre los discursos, documentos y cartas políticas del Libertador, confrontadas con las obras filosóficas y literarias que el general leyó tras las batallas en momentos de descanso o en los ratos de ocio luego de las extenuantes jornadas de Gobierno. En 1997 el Instituto Caro y Cuervo, publicó “LIBROS QUE LEYÓ EL LIBERTADOR SIMÓN BOLIVAR”, de Ramón Zapata, como homenaje póstumo a su autor y, como posicionamiento del libro extraordinario, fundamental para desvirtuar a quienes aseguraban que el Libertador sólo era estratega militar de las guerras de liberación, pero poco conocedor de los asuntos republicanos.

Posdata

“LIBROS QUE LEYÓ EL LIBERTADOR SIMÓN BOLIVAR”, obra de Ramón Zapata, autor que durante varios años fuera Miembro Correspondiente de La Academia Colombiana de Historia, es una fuente bibliográfica fundamental para revivir legítimamente la asignatura de historia y, simultáneamente, para reivindicar la dimensión intelectual de Simón Bolívar.

Así se propiciará otra metodología para que los estudiantes se concienticen que si las armas nos dieron la independencia; en Colombia la igualdad y la libertad sólo estarán aseguradas cuando haya un Estado de leyes justas, ocupado por gobernantes honestos.


Bolívar, pensador más que guerrero

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