Cali, octubre 19 de 2025. Actualizado: viernes, octubre 17, 2025 23:59
A 7.500 millones de años luz
Encuentran misteriosos círculos de radio en el espacio
Un hallazgo en el espacio exterior de una serie de estructuras colosales y casi invisibles está desafiando todo lo que sabemos sobre la evolución cósmica.
Se trata de los círculos de radio extraños, conocidos como ORCs por sus siglas en inglés (Odd Radio Circles), una rareza astronómica descubierta por primera vez en 2019 y que ahora vuelve a sorprender al mundo científico.
Un equipo internacional de astrónomos, en colaboración con científicos ciudadanos, ha identificado el ORC más lejano y brillante jamás detectado: una doble estructura circular bautizada como RAD J131346.9+500320, situada a 7.500 millones de años luz de la Tierra.
Este hallazgo, publicado en la prestigiosa revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, ofrece nuevas pistas sobre cómo se formaron las galaxias y los agujeros negros en los primeros días del universo.
¿Qué son?
Los ORCs son estructuras gigantes de emisión de radio, tan vastas que pueden superar hasta 20 veces el diámetro de la Vía Láctea.
Lo asombroso es que no se pueden ver con telescopios ópticos, infrarrojos ni de rayos X.
Solo los radiotelescopios de alta sensibilidad, como el LOFAR (Low Frequency Array), pueden captarlos.
Estas estructuras están formadas por plasma magnetizado que emite en frecuencias extremadamente bajas, y su origen aún no está del todo claro.
El nuevo objeto detectado presenta un patrón doble, como si fueran dos anillos concéntricos entrelazados. Este rasgo es excepcional: solo se ha observado una vez antes.
Según los investigadores, podría tratarse del resultado de un gigantesco evento explosivo en la galaxia central, tal vez provocado por la actividad de un agujero negro supermasivo.
La onda expansiva de ese evento habría revitalizado antiguas nubes de plasma, haciéndolas brillar de nuevo como anillos de radio.
Apoyo ciudadano
Este hallazgo no solo es importante por su singularidad, sino también por cómo se logró: gracias al proyecto RAD@home, una red de ciencia ciudadana liderada por el astrofísico Ananda Hota, voluntarios con conocimientos básicos de astronomía analizaron datos del cielo profundo y detectaron señales que pasaron desapercibidas para los algoritmos automatizados.
Luego, LOFAR confirmó la existencia de la estructura.
El descubrimiento no vino solo. En la misma campaña, se identificaron otros dos gigantes cósmicos con morfologías inusuales, lo que refuerza la teoría de que los ORCs no son casos aislados, sino parte de una familia más amplia de estructuras de plasma moldeadas por chorros de agujeros negros y vientos galácticos.
A futuro, la puesta en marcha del radiotelescopio Square Kilometer Array (SKA), prevista para 2028, podría acelerar el hallazgo de cientos de ORCs ocultos.
Mientras tanto, la combinación de ciencia ciudadana e instrumentación de vanguardia continúa ampliando los límites de nuestro conocimiento sobre el cosmos.