Cali, septiembre 2 de 2025. Actualizado: lunes, septiembre 1, 2025 23:12
La memoria de los olores
¿Cómo los aromas guardan recuerdos que ni siquiera sabemos que tenemos?
Todos lo hemos experimentado: un aroma repentino que nos transporta, sin previo aviso, a la infancia, a la casa de los abuelos, al primer amor o a un momento lejano que parecía borrado de la memoria.
Este fenómeno, tan común como misterioso, tiene explicación científica. El olfato es el sentido más ligado a las emociones y la memoria, y guarda en su química una especie de biblioteca emocional invisible.
A diferencia de la vista o el oído, cuyas señales pasan por estaciones de procesamiento antes de llegar a la corteza cerebral, el olfato tiene una ruta privilegiada.
Los receptores nasales envían la información directamente al sistema límbico, donde se encuentran la amígdala y el hipocampo, responsables de las emociones y la memoria. Por eso, un aroma puede evocar recuerdos con una intensidad que ningún otro sentido logra.
Aromas que definen nuestra vida
El olor de un pan recién horneado puede revivir la cocina de la infancia. El perfume de una persona puede quedar asociado para siempre con una relación.
Incluso olores desagradables, como el del hospital, pueden disparar recuerdos de enfermedad o miedo. En este sentido, el olfato no solo registra lo que olemos, sino la carga emocional del momento.
Estudios sobre la “memoria olfativa”
Investigadores han demostrado que los recuerdos evocados por aromas suelen ser más antiguos y emocionales que los despertados por imágenes o sonidos.
Se conocen como efecto Proust, en honor al escritor francés que describió cómo una magdalena mojada en té desató un torrente de recuerdos en su obra En busca del tiempo perdido.
La industria del recuerdo
Este poder de los aromas ha sido aprovechado en marketing y en terapias. Tiendas que huelen siempre igual buscan fijar su marca en la memoria sensorial de los clientes.
Aromaterapia y neurociencia exploran cómo ciertos olores, como la lavanda, ayudan a reducir ansiedad, o cómo la menta estimula la concentración.
Los olores son mucho más que simples estímulos: son llaves de memoria que abren puertas cerradas. Nos recuerdan que la vida no solo se archiva en palabras o fotos, sino también en moléculas volátiles que flotan invisibles y nos acompañan siempre.
Este artículo fue elaborado con apoyo de inteligencia artificial.
Queremos saber qué piensas sobre este tipo de contenidos. ¿Lo notaste? ¿Te pareció útil, claro, diferente?
🎯 Tu opinión es clave para seguir mejorando.
👉Haz click para contestar una corta encuesta, te tomará menos de 1 minuto
https://forms.gle/bNSDaY2cWHpzKRQb8