Ray Charrupí, un hombre cuya religión es hacer las cosas bien

Cuando Ray Charrupí habla de su vida es evidente su obsesión por hacer las cosas bien. También queda claro que esa búsqueda permanente de ser cada vez mejor se la inculcó su padre, Pascual Augusto Charrupí, un docente universitario que además de cumplir con sus obligaciones paternas, se convirtió en un tutor para este joven abogado, de 38 años de edad, que hoy aspira a la Alcaldía de Cali.

“Mi papá crió, diseñó a una persona, a un joven para hacer. La religión mía es hacer, y siempre he tenido un liderazgo a partir de hacer”, sostiene Charrupí.

Nacido en Cali, el 29 de noviembre de 1980, en una familia de clase media, Ray Charrupí tiene los mejores recuerdos su infancia, la cual, asegura, fue “absolutamente feliz”.

“Siendo yo de una familia de clase media, el mejor regalo que tuve no fue el Nintendo, fue un retal de sobrantes de una mueblería, un martillo y una libra de puntillas de una pulgada. De ahí salieron carros, casas, naves, helicópteros, barcos, y ahí es que se empieza a despertar la creatividad y la gran capacidad de resolver situaciones que nos han   caracterizado a lo largo de la vida”.

“He sido un privilegiado (continúa Ray Charrupí), porque soy el hijo de una comerciante exitosa, mi madre; porque soy el hijo de un summa cum laude, de un profesor de universidad que lo único que fue en su vida es ser excelente y el mejor, eso genera que yo nunca haya tenido que pensar o preocuparme por dónde vivir, qué comer o vestir, y mucho menos qué estudiar”.

Filosofía de vida
Por la anterior, Charrupí sostiene que su carrera la ha dedicado a convertir esos privilegios en derecho objetivo para toda la sociedad.

“Tengo una filosofía de vida y es que todo puede mejorar, todo es susceptible de mejorar, y la vocación o misión del ser humano como tal es tomar las cosas como estén y pasarlas a un estado mejorado u óptimo para que luego otra persona, eso que para nosotros fue estado óptimo, aún lo mejore más, y aún lo mejore más no para una persona, sino para beneficio o bienestar de la mayor cantidad de personas posibles”, dice Charrupí.

Chao Racismo
Esas motivaciones lo llevaron a crear una iniciativa para transformar las prácticas excluyentes que son socialmente aceptadas.

“Chao Racismo nace en el año 2012; cuando sale la foto de la revista Hola, un amigo me dijo, ‘si no lo hace usted, no lo hace nadie en Colombia, usted tiene la herencia, el conocimiento, la trayectoria y la responsabilidad de honrar a su padre y a su gente'”.

Desde entonces Ray Charrupí es un referente de la lucha contra la discriminación racial en Colombia.

“Yo nunca he sentido que ser afrodescendiente me ponga límites, pero entiendo que ser afrodescendiente sí pone límites al grueso de la población afrocolombiana”, dijo el candidato a la Alcaldía de Cali.

Pandillas
Además de su trabajo con Chao Racismo, Ray Charrupí realiza trabajo social en sectores deprimidos de Cali con jóvenes en alto riesgo, para sacarlos de las pandillas y eliminar las fronteras invisibles.

“Hemos demostrado que se puede salvar vidas con cultura, con arte y con emprendimiento”, sostiene Charrupí al hablar de la labor adelantada en el oriente de Cali, donde ha logrado que varios jóvenes dejen el mundo de las armas y las drogas.

En lo profesional, Ray Charrupí, además de sus labores como abogado se ha desempeñado como secretario de Turismo del Valle del Cauca, durante la administración de Francisco Lourido, y como director de Industrias Culturales de Cali, en la administración de Rodrigo Guerrero.

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