Cali, diciembre 23 de 2025. Actualizado: lunes, diciembre 22, 2025 23:17

Jaime Alberto Leal Afanador

Carta de un colombiano del común al próximo presidente(a) de la República

Jaime Alberto Leal Afanador - Rector UNAD

Soy educador, no político. Apuesto por Colombia y no por un partido.

Quiero hacer pública esta carta ahora, en época de Navidad y Año Nuevo, a los aspirantes al primer cargo público del país.

Si la presento cuando pasen las elecciones, algunos dirán que tengo un sesgo con el elegido distinto al anhelo de que le vaya muy bien.

Apreciado nuevo(a) presidente(a) de la República, periodo constitucional 2026-2030:

Usted ha sido elegido(a) para representarnos, y liderarnos, a todos los colombianos, no importa si votamos por Usted, por su mayor opositor, o no sufragamos.

Crear una convicción colectiva alrededor de un mejor país será el primer gran objetivo de su gobierno. Reconozco y respeto su elección y, como un “colombiano del común”; es decir, ajeno a su círculo cercano, a los empresarios y medios que le apoyaron en su campaña, a los políticos que le dieron votos en las regiones, o a los influencers, voluntarios y fervorosos defensores públicos de sus propuestas de campaña.

Le soy sincero. Tengo claro que no va a cumplir todo lo que prometió en campaña. La violencia que nos ensangrenta, la crisis fiscal, el gigantesco tamaño del Estado, las críticas de la oposición, los compromisos con terceros y quiebres en el carácter a la hora de tomar decisiones impopulares o presionadas por circunstancias no controladas, le ocasionarán incómodos momentos, que seguramente le llevarán a incumplir.

Si bien los resultados son determinantes, la mayoría de ciudadanos valoramos algo más que las frías decisiones tributarias, políticas, jurídicas, internacionales, regionales, legislativas…..

Me refiero a la forma como sentimos y vemos sus actitudes, nivel de entrega al cargo y capacidad de lectura del estado de ánimo del país.

De su actitud propositiva, conciliadora con autoridad y capacidad de mostrar al país un irrestricto cumplimiento de los deberes y respeto de los derechos de los demás, dependerá que todos nos identifiquemos con sus aciertos y, humanamente, comprendamos los errores.

Su forma de comunicar, sincera y permanentemente, los resultados (avances e incluso problemas), de rendir cuentas de forma transparente, de reconocer errores, de tratar a sus ministros, colaboradores y rivales y de contagiar a Colombia a seguir un proyecto de país, son esenciales para que su gobierno se refleje como el vocero de todos nosotros y no de unos pocos.

Debemos ver y seguir a quien nos dirija como un paradigma de corrección, un modelo de convivencia social, un hábil ejecutor y estratega y alguien que no pierde su humildad por tener la mayor dignidad del Estado.

Usted ya ha sido elegido(a). El debate sobre si es de izquierda, de derecha o de centro, de si es un dirigente pro-sistema o contra-sistema; de si es hombre o mujer; o si es de capital o de provincia, entre otros, deben quedar atrás.

La Presidencia de la República debe estar por sobre cualquier etiqueta y su líder debe actuar como el primer ciudadano(a) en respetar íntegramente la ley y en condenar y hacer todo lo posible por sancionar la corrupción y la injusticia; en ser prudente en sus decisiones; en priorizar la salud, la seguridad y la educación como condiciones mínimas para la vida digna de los colombianos; en escuchar sinceramente a la sociedad, sus necesidades y expectativas; en demostrar preocupación por un justo, equitativo y equilibrado gasto social en proporción con la tributación, y en demostrar que sus decisiones están soportadas en análisis técnicos, financieros, legales, y sobre todo, direccionados al bienestar el país y no de unos pocos.

La dignidad del pueblo, sus condiciones de vida, la paz, el trabajo, el estudio y la existencia de oportunidades para el progreso personal y colectivo deben fundamentar el Estado y proyectar políticas de largo plazo y no solo de gobierno. Quien así lo logre, asegurará un grato lugar en la memoria del país.

En un país bien gobernado debe inspirar vergüenza la pobreza. En un país mal gobernado debe inspirar vergüenza la riqueza” Confucio

Sr(a) Aspirante Presidente(a), un buen gobierno está cimentado en buena voluntad y acciones sinceras, con rigor técnico y profesional. Por favor cuando lo logre ¡no nos defraude!

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lunes 22 de diciembre, 2025
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