Democracia sin egos

La actual coyuntura que vive Colombia que no es de esperanza ni de bienestar, puede permitir el inicio de una nueva etapa para que el país corrija sus errores y nuestra democracia replantee una nueva forma de gobernar sin corrupción galopante y pensando en redistribuir adecuadamente los recursos sin acudir a esguinces politiqueros que causan mucho daño y ocasionan la llegada del populismo, la mentira, la mediocridad, el desgreño.

La Colombia de hoy no puede ser posible nuevamente. Esa Colombia profunda que siempre fue olvidada debe ser tenida en cuenta para evitar otra traumática experiencia gubernamental en la que se decrecen servicios sociales que solo perturban a los pobres.

Los ricos a los que este actual gobierno ha querido vilipendiar, son los que menos padecen ese decrecimiento que tanto les encanta practicar a quienes predican y practican esa política de mentiras que hoy ven como se les cae la máscara en varios países de nuestro continente donde esos pueblos que se equivocaron se cansaron de seguir por esa senda de más pobreza, más asalto a sus presupuestos, mucho disfraz a las cifras sociales y económicas y, más calumnias e infamias contra quienes se le oponen.

Ya lo decía Mohandas Ghandi: “El verdadero progreso social no consiste en aumentar las necesidades, sino en reducirlas.”

Y debemos reconocer que, salvo contadas excepciones, muchos gobiernos y peor, el actual, las aumentaron en vez de ser leales al pueblo que confía, de alguna manera, en ellos.

Por tanto, esa impresionante cantidad de aspirantes a ocupar el Solio de Bolívar no tiene razón de ser. Puede haber gente valiosa pero hay que ponerse la mano en el corazón.

En ese listado sobran muchos, desconocidos, conocidos, con alguna figuración burocrática algunos y otros viendo como pueden lograr un ministerio en el próximo gobierno a cambio de renunciar a su aspiración y adherirse.

No. Están equivocados. Esa figuración actual sin los galones suficientes los perjudica.

Tienen al país desdibujado electoralmente. Uno ve solamente a Abelardo de la Espriella haciendo propuestas concretas, especialmente sobre seguridad, que es lo que nos tiene en ascuas. Sin ella no hay inversión, empleo, futuro ni bienestar.

Otro especialista en seguridad es Juan Carlos Pinzón. Germán Vargas Lleras lamentablemente está enfermo, Vicky Dávila se desgastó y, si pudiéramos con Álvaro Uribe Vélez, maravilloso, pero no puede.

El país actualmente, está en primeros auxilios.

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