Cali, mayo 3 de 2025. Actualizado: viernes, mayo 2, 2025 23:08
La bronca contra Eder
El catastrófico resultado de la encuesta Invamer sobre la favorabilidad del alcalde de Cali, donde apenas obtiene un 31 % de apoyo contra un 57 % de desaprobación, no se puede explicar con la frase ,que tantas veces he usado en otras ocasiones, la de que Eder va de culos y no hay talanquera que lo pare.
Aceptando que el alcalde caleño no entiende a sus gobernados y no ve, ni oye, ni escucha, ni corrige, es necesario buscar otros elementos que pueden haber incidido para ese desplome.
El primero es la disparidad de esta encuesta con la realizada la semana anterior por Guarumo. Obviamente la seriedad y experiencia de Invamer sepulta las cifras de Guarumo, la empresa donde tiene sus manos el nunca olvidado Victor Muñoz, el hábil y dominante contratista del gobierno Duque.
Segundo, no puede pasarse un detalle a averiguar más profundamente. Invamer es una empresa de origen paisa y como en ese linaje antioqueño se dan unos odios eternos, habría que preguntar si el hecho del alcalde Eder ser nieto de un Echavarría Olózaga, los del grupo Corona, puede haberlos aupado para evitar a la larga que el joven caleño llegue a ser candidato presidencial y meta a esa estirpe en terrenos políticos que los aristócratas paisas han vetado.
Y tercero, no puede despreciarse la otra hipótesis, la de que Cali rechaza, como se vio con la Primera Línea, la oligarquía feudal que ha manejado al Valle por siglos. Y es evidente que el alcalde conjuga tales castas pues en él se unen el crecido patrimonio de los Eder, grupo Manuelita, con los tradicionales Garcés del Grupo Meléndez, inversionistas tradicionales y mayoritarios en las tierras que rodeaban a Cali.
Todas esas posibilidades hacen un coctel de rechazo que ojalá no vuelva a estallar públicamente, pero que revienta en las encuestas y en demasiadas gentes que parecen haber perdido la esperanza porque a Cali no le aciertan en su conducción y muchos menos en la interpretación de sus sentimientos.