Cali, mayo 23 de 2025. Actualizado: jueves, mayo 22, 2025 23:15

Cuando el cuerpo decide apagar partes de sí mismo

Los órganos que se suicidan

Los órganos que se suicidan
Foto: Pexels
viernes 23 de mayo, 2025

Hay historias que incomodan a la medicina. Pacientes con órganos que dejan de funcionar sin razón aparente, análisis clínicos que no logran explicar el fallo de una glándula, un intestino que se detiene, un corazón que pierde ritmo sin daño físico.

Casos en los que, literalmente, el cuerpo empieza a “apagarse”, como si una parte de él hubiese decidido rendirse.

A esta extraña y perturbadora situación algunos la llaman el síndrome de desconexión orgánica o, en términos más simbólicos, órganos que se suicidan. No hay un manual que lo explique. No hay un diagnóstico oficial.

Pero sí hay un patrón: un trauma no resuelto, una emoción negada o una crisis existencial profunda… y un órgano que deja de sostener la vida como lo hacía.

No hay nada roto, pero todo falla

Uno de los casos más inquietantes es el de Laura, una mujer de 35 años, cuya tiroides dejó de funcionar abruptamente.

Sin antecedentes familiares ni condiciones médicas, los exámenes revelaron algo inusual: ningún daño aparente.

Su endocrino dijo que era “un fallo idiopático”.

Pero Laura sabía que había empezado el mismo mes en que decidió silenciar su deseo de dejar su trabajo.

“Fue como si mi cuerpo dijera lo que yo no me atrevía a gritar”.

Casos similares han sido reportados en hospitales de varios países: páncreas que dejan de producir insulina de la nada, riñones que fallan sin patología previa, pulmones que desarrollan hipersensibilidad sin alergias.

Todos con algo en común: una carga emocional intensa que precedió al colapso.

¿El cuerpo se rinde por ti?

La teoría de la psiconeuroinmunología sostiene que las emociones reprimidas pueden alterar el sistema nervioso, el sistema inmune y el funcionamiento orgánico.

Pero esto va más allá: es como si el cuerpo “decidiera” renunciar a vivir plenamente.

Hay quien lo compara con una huelga interna.

El cuerpo ha enviado señales durante meses —dolores, insomnio, ansiedad, palpitaciones— pero al no ser escuchado, toma una medida extrema: desconectar un órgano, como un botón de emergencia.

Cada órgano, una historia

En la medicina china y en varias corrientes de biodescodificación, cada órgano está asociado a una emoción o conflicto:

Tiroides: cuando no puedes expresarte o sientes que te limitan.

Estómago: cuando no logras “digerir” una situación.

Riñones: cuando vives con miedo constante o te sientes solo.

Corazón: cuando reprimes amor o estás atrapado en una vida que no deseas.

No se trata de culparte por estar enfermo, sino de abrir una puerta a una visión más profunda: ¿y si el cuerpo también hablara en silencio?

¿Se puede revertir?

Algunos médicos funcionales y terapeutas holísticos reportan mejorías sorprendentes en pacientes que, tras terapias emocionales, cambios radicales en su vida o procesos de perdón, logran reactivar órganos que se creían perdidos.

No es magia, es coherencia entre lo que vives, lo que sientes y lo que decides.

La clave está en escucharte antes de que tu cuerpo grite.

En permitirte cambiar de rumbo antes de que tu sistema decida cerrarte una puerta sin retorno.

Quizás el cuerpo no solo nos mantiene con vida. Tal vez también nos guía.

Y si se apaga poco a poco, si una parte de ti se rinde, podría no ser casualidad.

Es tu alma, llamando a la coherencia.

La próxima vez que sientas que algo no anda bien en tu cuerpo, pregúntate también: ¿Qué parte de mí se está rindiendo por dentro?


Los órganos que se suicidan

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