Porqué no a las gaseosas

Dra. Natalia Álvarez Aguado
Directora Médica del Centro Médico Integrativo Maná, Máster en
Nutrición y Dietética Humana, Psicoterapeuta Transpersonal, Medicina
Tradicional China, Terapia Neural

Este tipo de bebidas hoy por hoy se han vuelto la opción de la mesa, a veces no podemos decirle que no, pero no sabemos el porqué, sentimos una necesidad muy fuerte por consumirlas, adicional a esto en nuestro país, Colombia, no tienen una regulación adecuada, la venden en colegios, con impuestos y costos muy bajos, y preferimos darles a nuestra propia familia una bebida como esta y no jugos o consumo de frutas por la sensación que es menos costoso, pero no sabemos el precio tan alto que pagamos con nuestra salud después de un consumo exagerado o frecuente de este tipo de bebidas.

La gaseosa o bebida carbonatada es una bebida saborizada, efervescente (carbonatada) y sin alcohol. Estas bebidas suelen consumirse frías, para ser más refrescantes y para evitar la pérdida de dióxido de carbono, que le otorga la efervescencia, adicional a esto el cerebro guarda evocaciones de placer y las burbujas en la boca, asociado a calor y el sabor, hace que podamos recordarlo con frecuencia.

El agua con dióxido de carbono produce un equilibrio químico con el ácido carbónico. En América, comienza la fabricación de bebidas carbonatadas en Nueva York en 1832, cuando John Matthews inventa un aparato para mezclar agua con gas de dióxido de carbono y, además, agregarle sabor.

De la popularidad de la bebida nacen negocios que mezclan el agua carbonatada con sabores a elección, llamadas fuentes de soda. Sabores como naranja, limón, uva eran muy demandados. En aquella época la gaseosa también se vendía en farmacias como remedio para curar diversos males.

En 1885, W.B. Morrison un farmacéutico propietario de «Old Corner Drug Store» en Waco, Texas, desarrolló un distinguido sabor en su fuente de soda surgiendo la más antigua gaseosa, que aún se vende en Estados Unidos.

Algunos de los ingredientes más comunes son: agua carbonatada, base esencial para la producción de cualquier gaseosa, en grandes fábricas primero de desmineraliza el agua, y luego se le agregan minerales en cantidades predeterminadas, aditivos, edulcorantes, le confieren un sabor dulce y podríamos separarlos en tres clases: naturales, sacarosa (azúcar de mesa) y fructosa; sintéticos (más baratos, pero pueden tener sabores no muy agradables (ciclamato (E 952), acesulfamo K (E 950), aspartamo (E 951), etc.) y naturales, pero que no aportan glucosa, acidulantes proporcionan la acidez adecuada (ácido cítrico, ácido fosfórico), estabilizantes de la acidez, colorantes, aromatizantes, conservantes, antioxidantes y espesante.

Las gaseosas son muy ricas en azúcares y calorías, pero prácticamente no tienen ningún valor nutricional, quiere decir que no son nutricionalmente aceptables ni nutren a nadie. El ingrediente activo en la mayor parte de las bebidas gaseosas es el ácido fosfórico, el cual actúa sobre el calcio de los huesos. Además, el pH de estas bebidas ronda los 2,8, un pH muy ácido generando enfermedad renal.

El consumo de bebidas gaseosas debido al aumento del consumo de fósforo aumenta las pérdidas de calcio, que en los huesos genera que se debiliten, generando hoy por hoy la osteopenia o la común en nuestros tiempos osteoporosis.

Cuanto menos calcio tienen los huesos disponible, más porosos se vuelven, y por supuesto generamos como médicos mas consumo de calcio oral pero no tiene la manera de ser fijado por las cantidades de fósforo consumidas a diario.

El consumo de gaseosas edulcoradas con azúcar incrementa la probabilidad de desarrollar obesidad, fundamentalmente en niños, claramente solo 1 bebida como estas tiene de 30 a 25 gramos de azúcar, y lo máximo al día son 10 gramos, afectando este exceso grandemente nuestra salud.

Pero el riesgo de obesidad no es el único, también está la caries y las lesiones orales en general, y sin hablar de patologías como el cáncer que ya bien lo hemos venido hablando se desarrolla por altos consumos de azúcar.

Así pues, mi consejo como nutriólogo es que te alejes si eres un consumidor de dichas bebidas: ¡detente! piensa en las consecuencias para tu salud, y los que te rodean, si no tienes enfermedad puedes usarlas muy socialmente como se usa el alcohol a nivel recreativo, ya que tienen el mismo valor nutricional de este tipo de sustancias.

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Foto: Pixabay

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