Cali, noviembre 18 de 2025. Actualizado: lunes, noviembre 17, 2025 11:18

Ernesto Campo Díaz deja la docencia por la música andina

Corporación Cultural Muki liderada por luthier

Corporación Cultural Muki liderada por luthier
martes 18 de noviembre, 2025

Luis Ángel Muñoz Zúñiga

Especial Diario Occidente

Ernesto Campo Díaz, después de trasegar por casi una década en la docencia, un día decidió abandonar el claustro educativo y emprender proyectos culturales en Dagua, el municipio que lo vio nacer hace 37 años.

Cursó sus estudios básicos en el Gimnasio de Dagua y en la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín se licenció en Ciencias Sociales, Especialista en Etnoeducación y Antropología.

Ejerció seis años la docencia en la Institución Educativa Marden Arnulfo Betancur de Jambaló Cauca. Renunció y pasó a Dagua a trabajar por la cultura, el mejoramiento ambiental, el bienestar personal y la conservación de la identidad musical.

En una finca, edén dentro de la ciudad, la carrera 24 número 9-12, barrio Ricaurte, a la vuelta del Hospital “José Rufino Vivas” de Dagua, dirige su Taller Creativo Muki.

Ernesto Campo Díaz, en su oasis ecológico con bandadas de pájaros, entre arboles de guayacán, ceibas, yaca, teca, banano, mango y mamoncillo, amablemente dialogó con este cronista. Muki (duende en lengua quechua), es su refugio, propio para la joyería de plata y para afinar los instrumentos musicales con madera dura y de calidad sonora.

Guardián del bosque y luthier

Ernesto Campo Díaz, es guardián del bosque natural de cinco mil metros cuadrados con paisaje virgen que conserva variedades de plantas exóticas y árboles frutales, únicos en la región, algunos trasplantados por sus ascendientes familiares, como el yaca, traído de África.

Es un duende músico, integrante del Grupo Andino “Fusión de Mi Tierra”, que con sus colegas sube a tarima en importantes festivales, por ejemplo, el Festival de la Música Colombiana y Andina “Mono Núñez” de Ginebra, de Música Andina del Queremal y, además, su proyecto engalanó la pasada COP 16 realizada en Cali.

Su vocación musical nació en la niñez, cuando participaba en audiciones familiares, luego estudia música en la Casa de La Cultura de Dagua, hace parte de grupos y convencido que los instrumentos son requisitos únicos e insustituibles para la conservación y tradición generacional de la música, se volvió luthier, montó su Taller Creativo Muki, donde lo buscan para encargarle instrumentos.

Ernesto asiste como músico invitado a los festivales y expone en las plazas instrumentos que fabrica con finas maderas, vientos, guitarras, bajos, violines y charangos, todos garantes de sonidos impecables al oído más agudo.

Corporación Cultural Muki liderada por luthier

Vocación musical

¿Cómo cultivaste tu vocación musical?

“Mi vocación por la sonoridad musical andina se formó en mi niñez en el seno de mi familia, pues Gabriel Campo, mi padre, es un gran coleccionista de discos de acetato con música colombiana, andina, folclórica, latinoamericana y de protesta. En sus ratos de descanso siempre los hacía sonar en el reproductor y me enseñaba a identificar los ritmos colombianos y andinos de las distintas regiones, también los nombres de los instrumentos musicales utilizados por los grupos autóctonos”.

¿La pasión paterna inculcada trascendió?

Esa pasión que me inculcó mi padre trasciende de la emoción auditiva a la acción interpretativa, vocación que profesionalicé. Empecé a estudiar mi primera escritura musical en la Academia Melisma. Después, desde los catorce años de edad me inscribí en los talleres musicales de la Casa de La Cultura de Dagua donde recibí clases de guitarra clásica”.

¿Por qué escogiste lo andino?

Como decían los abuelos que quien anda en la miel, esta lo endulza, no me conformé con la guitarra. Me sedujeron los instrumentos andinos, las flautas, las zampoñas, las quenas y los charangos, y decidí que era lo mío para ser un músico completo. Entonces tomé varios talleres y con mucha facilidad aprendí a interpretar esos instrumentos”.

Fusión de Mi Tierra

Ernesto Campo materializó su sueño cuando con amigos conformó el Grupo Andino Fusión de Mi Tierra.

Muy disciplinados sus integrantes: David Enríquez (director), Ernesto Campo Díaz (charango), Juan Daniel Ossa (bajo), Oscar Rivera (vientos), Yessica Cortéz (saxofón), Karol Palomino (cantante) y José Luis Chicaiza (percusión), se reúnen dos veces por semana a ensayar nuevos repertorios musicales y a crear fusiones innovadoras.

¿Arrancó con pie derecho?

Podemos decir que sí. Con apenas dos años de conformado, decidimos darnos a conocer en eventos y en las redes sociales, logrando la aceptación del público y ser invitados a festivales de renombre. En tarima demostramos magia interpretativa y dominio instrumental, cualidades innatas que pulimos ensayando semanalmente”.

¿Por qué hacen fusiones?

Investigamos los ritmos tradicionales, pero también hacemos fusiones, respetando la música que ancestralmente nos ha representado, que nos identifica culturalmente, seguimos amándola, la cultivamos y la difundimos. No la abandonamos, con las fusiones queremos que la música tradicional también seduzca a los jóvenes, que sin conocerla la cambian por ritmos foráneos y comerciales. Por eso hacemos las nuevas versiones en nuestras interpretaciones, les incorporamos fusiones a los ritmos tradicionales, por ejemplo, cortes jazzísticos, cha cha cha, rock y bambucos fiesteros. Utilizamos saxofón, guitarra eléctrica, batería y bajos. En tarima percibimos cómo impacta el gusto de los adultos por la música andina y al fusionar la vibración de nuevos instrumentos, los gustos de los jóvenes se fusionan con el de los viejos, voluntaria y conjuntamente fusionan su aceptación musical. Las fusiones musicales evitan que sigan las barreras entre lo tradicional y lo nuevo, entre gustos, no hay disgustos”.

Corporación Cultural Muki

¿Razón del nombre y la misión?

Además de hacer música y fabricar instrumentos musicales, es fundamental que con la corporación lidere proyectos de conservación de la naturaleza y de superación personal. Muki, de acuerdo a la mitología andina, está asociado con el duende protector de los mineros. El duende es un ser pequeño, con barba larga y cabello rubio, que guía a las personas buenas en su búsqueda del oro. Muki no envejece, aunque viva solo y sin tiempo, lanza silbidos que anuncian el peligro y salvaguardan a los mineros de su simpatía. Es un duende muy conversador y puede producir desconcierto o miedo. Muki, también significa humedad, presencia del agua en las minas”.

¿Nombre metafórico?

Adoptamos el nombre del personaje mitológico, porque en esta finca los seres humanos hallan un oasis, la mina con la humedad requerida para la conservación del planeta tierra y el oro espiritual para formar seres humanos más buenos y saludables. La armonía del universo se garantizará cuando estemos plenamente en paz con la naturaleza y con nuestro ser interior. Por eso decidimos constituirnos en corporación cultural para adelantar más proyectos artísticos, artesanales, musicales y de sanación con técnicas de salubridad”.


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