Cali, mayo 23 de 2025. Actualizado: jueves, mayo 22, 2025 23:15
Trabajo, ingresos y educación en cifras
Brechas económicas en la población afro de Cali revelan rezagos estructurales
La población afro de Cali continúa enfrentando condiciones laborales desiguales, con mayores niveles de desempleo y menores ingresos que el resto de los habitantes.
Estas brechas económicas en la población afro de Cali se reflejan en su limitado acceso a seguridad social, formación académica y movilidad, lo que reduce su calidad de vida y sus oportunidades de desarrollo.
Desempleo y condiciones precarias
Según cifras de Cali Cómo Vamos, la tasa de desempleo de esta población alcanzó el 14,9% en 2024, superando por casi cuatro puntos porcentuales el promedio de la ciudad.
Además, quienes tienen empleo reciben ingresos mensuales 24,6 % más bajos que la media general: $1.518.905 frente a $1.891.983.
La brecha se extiende a la seguridad social. Solo 48 de cada 100 afrocolombianos cotizan a pensión, frente a 52 de cada 100 en el total de la población.
En educación, el Observatorio para la Equidad de las Mujeres de la Universidad Icesi y la Fundación WWB Colombia reportó que apenas el 21 % de los afrodescendientes accedió a educación superior, mientras que el promedio general es del 28 %.
Esta situación se agrava en el caso de las mujeres afro.
Solo el 39,1 % tiene empleo remunerado, y muchas recurren a emprendimientos informales como única fuente de ingresos.
De acuerdo con la Fundación WWB Colombia, el 57 % de estos negocios funcionan desde casa, el 59 % no está registrado ante la DIAN y el 70 % no aporta a salud.
Tareas domésticas y poca movilidad
Más de la mitad de los hogares afro en Cali están encabezados por mujeres, quienes también asumen la mayoría de las labores de cuidado.
Un 36 % vive sola con sus hijos, sin posibilidad de compartir responsabilidades.
Estas condiciones limitan su tiempo disponible para trabajar o formarse.
El acceso a transporte también refleja desigualdades.
Apenas el 20 % de las mujeres afro cuenta con licencia de conducción y el 60 % no puede usar el vehículo del hogar.
Por eso, un 30 % depende del transporte público para desplazarse al trabajo, frente a un 17,5 % del resto de las mujeres.